Es un crecimiento que hace cada vez más atractivas las inversiones en Italia, donde se espera que, dentro de un año, esté listo el Plan Nacional de Biotecnología.
En ese contexto, tuvo lugar en Roma, en la Farnesina, la primera conferencia sectorial entre Italia y Estados Unidos, con la participación de cuatro ministros, el embajador de Estados Unidos en Italia y decenas de inversores e investigadores.
"Es emocionante ver tantos representantes gubernamentales e institucionales, inversores, científicos y agencias comerciales de ambos lados", dijo el embajador de Estados Unidos en Italia, Jack Markell, al inaugurar la conferencia.
El encuentro fue inaugurado por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional, Antonio Tajani, que reiteró el fuerte vínculo entre los dos países y afirmó que "en la política exterior italiana tenemos dos estrellas polares: Europa y las relaciones transatlánticas. Estados Unidos es nuestro principal aliado en la política mundial".
Para el ministro de Salud, Orazio Schillaci, el sector biotech, es decir, las tecnologías aplicadas a las ciencias de la vida, atraviesa "un momento de gran vitalidad, tanto en términos de investigación como de presencia de numerosas empresas válidas".
Lo demuestran también las cifras de la biotecnología en Italia: un volumen de negocios de más de 250 mil millones de euros, que atrajo más de seis mil millones de inversiones específicas en casi 300 empresas.
Un auge también vinculado con la pandemia de Covid-19, que, por un lado, creó conciencia sobre la necesidad de contar con capacidades biotecnológicas de alto nivel y, por el otro, posibilitó enormes inversiones también a través del Plan de Recuperación y Resiliencia (PNRR).
De ahí, afirmó la ministra de Universidades e Investigación, Anna Maria Bernini, nacieron cinco nuevas excelencias italianas "que se ocupan de las terapias genéticas y los medicamentos con tecnología de ARN, la biodiversidad y el 'agritech', es decir, las tecnologías aplicadas en la agricultura, donde ya no trabajamos solo con tractores, si no, sobre todo, con drones, satélites, genómica y metabolómica".
Para apoyar al sector, el gobierno está trabajando en un Plan Nacional de Biotecnología que podría ver la luz a finales de año, anunció el ministro de Empresa y del Made in Italy, Adolfo Urso.
"Mientras tanto -añadió Urso- hemos mejorado nuestra capacidad de atraer inversiones extranjeras con una ventanilla única dedicada a los inversores extranjeros y un tutor especializado. Los primeros 7 proyectos de inversión extranjera en el sector ya han sido aprobados".
Se trata de actuaciones apreciadas por gran parte del sector empresarial presente en la jornada.
Para Marcello Cattani, presidente de Farmindustria, "la reunión de hoy logró perfectamente el objetivo de consolidar la colaboración política, económica y social entre Estados Unidos e Italia".
El vicepresidente de Confindustria, Francesco De Santis, subrayó que la cadena industrial de Ciencias de la vida representa el 1,8% del Producto Bruto Interno (PBI), pero añadió que "en comparación con algunos de nuestros países competidores, en algunos sectores registramos más publicaciones cualificadas que patentes conseguidas".
Para Fabrizio Greco, presidente de Federchimica Assobiotec, "la presencia de cuatro ministros demuestra el valor del sector biotecnológico. Esperamos que el plan nacional citado por el ministro pueda darle también una mayor visibilidad en el exterior y hacerlo realmente atractivo a los ojos de los inversores".
Para ello, concluyó Greco, es necesario desarrollar de forma coherente todo un ecosistema que se centre no sólo en los talentos científicos, sino también en la capacidad de formar a un mayor número de jóvenes, en más fondos para las startups y en una normativa clara y estable en el tiempo (ANSA).
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