(ANSA) - ROMA, por Enrica Battifoglia - Con un ligero aumento de la financiación, el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) ayuda a la investigación italiana, que, sin embargo, debe encontrar las herramientas para ser competitiva, por ejemplo, pensando en un programa futuro de financiación estructural, traducir un mayor número de ideas y proyectos en patentes, garantizar que los numerosos investigadores que se van al extranjero regresen en mayor número.
Esa es la fotografía de la investigación italiana que surge del Informe elaborado por el Consejo Nacional de Investigación y presentado hoy en Roma, en ese ente.
Entre las prioridades, Carrozza indicó la necesidad de "cerrar la brecha entre el mundo de la investigación y el mundo industrial, gracias a herramientas más rápidas y flexibles".
Para Capasso "es fundamental que la investigación tenga un sistema de financiación óptimo". Además de una estructura financiera, añadió, es importante invertir en un sistema de financiación que permita la transferencia de tecnología. La financiación, las patentes y la movilidad de los investigadores se encuentran entre los ámbitos analizados en el Informe, junto con la transferencia tecnológica y la confianza de los ciudadanos en la ciencia, en un retrato que, observó Carrozza, es "una oportunidad útil para el debate y un estímulo para mejorar".
Hay muchas cosas que hacer, empezando por la financiación pública para la investigación y el desarrollo. El periodo 2012-2021 fue difícil, con una comunidad científica que no contaba con las herramientas para poder dar continuidad a sus programas, los cuales no estaban orientados a nuevos desafíos tecnológicos, el PNRR propició una ligera mejoría, pero la preocupación general es qué pasará cuando se acaben los fondos del Plan, es decir, a partir de 2026.
Otro desafío es la capacidad de patentar: aunque habrá un aumento a partir de 2021, las solicitudes presentadas por Italia a la Oficina Europea de Patentes representan un tercio de las que llegan de Francia y una séptima parte de las de Alemania.
Los datos indican que en Italia las regiones que más patentan todavía se concentran en el Norte, aunque Piamonte y Lombardía entre 1999 y 2019 cedieron el récord a Emilia-Romaña y a Véneto (respectivamente, +3,2 y +2,9).
En particular, Emilia-Romaña tiene 161 patentes por millón de habitantes, superando a Lombardía (111), Véneto (109) y Piamonte (89). Más que las grandes empresas tradicionales, están patentando nuevas empresas, como las especializadas en los sectores de la nanotecnología y la microelectrónica.
Las proyecciones indican que en 2030 las patentes italianas podrían aumentar de 3.500 a 6.000, pero solo si el país demuestra que tiene una verdadera capacidad de innovación, más allá de la fabricación y el Made in Italy.
La transferencia de tecnología es otro gran desafío y requiere nuevas herramientas y también en este caso hace sentir su peso el PNRR, con recursos dedicados a apoyar la colaboración tanto entre universidades y centros de investigación, como entre la academia y la industria. "Como Consejo Nacional de Investigación estamos trabajando en la dirección ya seguida por otros grandes organismos, con una División que se ocupa de los vínculos con fondos de inversión y empresas", dijo Carrozza.
Lo cierto, observó, es que "la idea de la transferencia de tecnología de los años 2000 debe repensarse con los socios".
Como nota positiva, todos estos cambios podrán contar con una opinión científica favorable por parte de la sociedad, hasta el punto de que, con la pandemia de Covid-19, en dos años la confianza de los italianos en las vacunas ha aumentado un 14%, mientras que los que están en contra son 4%, la mitad respecto a la media europea. (ANSA).
Más investigación apoyada por el PNRR
Innovar y crear más patentes. Nuevos desafío para Italia