(ANSA) - ROMA 14 JUL - Una lluvia de basura espacial se
dirige hacia la Tierra, pero no hay alarma, aunque ciertamente
hay mucha.
De hecho, los 20 satélites Starlink para conexiones globales
a Internet están cayendo, después de haber sido lanzados a una
órbita equivocada el 12 de julio debido a un fallo del motor en
la etapa superior del lanzador Falcon 9, también de la compañía
de Elon Musk.
Además de este enjambre temporal de satélites, el gran buque
de carga Northrop Grumman Cygnus regresa de forma controlada al
final de su misión en la Estación Espacial Internacional por
encargo de la NASA. Sin embargo, la etapa superior del lanzador
chino Long March regresó ayer de forma descontrolada.
De los 20 satélites Starlink puestos en órbita equivocada,
dos ya han regresado, según indican los datos del Comando de
Defensa Aeroespacial de América del Norte (Norad) y para todos
los demás se espera el reingreso a la atmósfera hoy, pero
también hay la sospecha de que "regresaron el 12 y 13 de julio
sin haber sido catalogados", escribe el astrofísico Jonathan
McDowell, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, en un
post en X.
Algunos fragmentos fueron avistados en los cielos de Chile y
Argentina, según relatan algunos testimonios, también en X.
"Puedo confirmar que se trata de una reentrada asociada a la
misión Starlink 9-3, pero no está claro si se trata de
fragmentos de un único satélite o de más de uno", comenta
McDowell.
"Que los 20 Starlinks estén llegando todos juntos hacia la
atmósfera terrestre es plausible porque cuando estos satélites
han sido colocados en una órbita equivocada, el procedimiento a
seguir, ya aplicado por las mismas razones en el pasado, es
devolverlos lo antes posible", dice a ANSA el experto en
dinámica espacial Luciano Anselmo, del Instituto de Ciencias y
Tecnologías de la Información del Consejo Nacional de
Investigaciones.
Con 2,8 metros de largo, 1,4 metros de ancho y un peso de
unos 260 kilos, los Starlinks no son satélites grandes, pero
tampoco muy pequeños. Para ellos, actualmente, "el reingreso
controlado no está prescrito - observa Anselmo - porque SpaceX
certifica a las autoridades reguladoras estadounidenses que el
riesgo está por debajo del umbral de alerta de 1 víctima entre
10.000".
Las cosas son muy diferentes para el carguero Cygnus porque
se devuelve de forma controlada. Es decir, el impacto en la
atmósfera se produce de tal forma que los fragmentos
supervivientes siguen una trayectoria que les lleva a caer en
lugares despoblados, como el océano Pacífico.
En cambio, fragmentos de la segunda etapa del lanzador chino
Long March, que pesaba 5 toneladas, aterrizaron
incontrolablemente el 12 de julio sobre el norte de Tailandia.
Los desechos espaciales caen con mucha frecuencia en la
atmósfera terrestre y en la mayoría de los casos se desintegran
al impactar.
Desde principios de 2024, los regresos más seguidos han sido
los de Peregrine, la sonda de la empresa estadounidense
Astrobotic que debía llegar a la Luna y que por un problema
técnico se vio obligada a regresar el 18 de enero, con un
impacto en la atmósfera que se produjo sobre los cielos del
Pacífico. El 21 de febrero fue el turno del reingreso
incontrolado del satélite europeo de observación de la Tierra
Ers-2, que se produjo sobre el Pacífico Norte, entre Alaska y
Hawaii. (ANSA).
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Lluvia de basura espacial en la Tierra, pero sin riesgo
"Cuando se colocan en una órbita equivocada, hay que devolverlos lo antes posible", dice experto italiano