(ANSA) - ROMA 23 JUL - Mercurio, el planeta más pequeño del
Sistema Solar, podría albergar un tesoro asombroso: una capa
hecha toda ella de diamante, de hasta 18 kilómetros de espesor,
en la frontera entre el núcleo y el manto.
Así se desprende de una simulación publicada en la revista
Nature Communications realizada por investigadores de China y
Bélgica, coordinados por la Universidad de Liegi y la
Universidad Católica de Lovanio.
Las observaciones realizadas por la sonda Messenger de la
NASA en 2011 revelaron que la superficie de Mercurio es
insólitamente oscura debido a la presencia de grafito, lo que
sugiere que en el pasado el planeta estuvo recubierto por un
océano de magma rico en carbono que, al enfriarse, habría
formado una corteza de grafito.
Para entender si el grafito es verdaderamente el único
material que se habría podido formar durante la fase de
cristalización, los investigadores intentaron recrear en
laboratorio las condiciones de presión y temperatura dentro del
planeta, combinando los resultados de las simulaciones con
modelos termodinámicos.
Los datos obtenidos indican que, si bien el grafito fue
probablemente la fase de carbono dominante durante la
cristalización del océano de magma, la cristalización del núcleo
podría haber llevado a la formación de una capa de diamante de
un espesor de entre 15 y 18 kilómetros, en la frontera entre el
núcleo y el manto del planeta.
Según los investigadores, la elevada conductividad térmica
del diamante podría favorecer el traslado de calor del núcleo al
manto, determinando una estratificación de la temperatura y un
cambio de la convención en el núcleo exterior líquido de
Mercurio.
Esto podría influir en la generación del campo magnético,
que de hecho es insólitamente potente para un planeta de
dimensiones tan reducidas. (ANSA).
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El tesoro de Mercurio, capa diamante 18 km espesor
Según una simulación se encontraría entre núcleo y manto