Después de las últimas comprobaciones técnicas y las relativas a la situación meteorológica en el lugar de aterrizaje, a última hora de la tarde de ayer los técnicos de la NASA dieron luz verde al regreso y enviaron el comando para realizar la separación de la Estación Espacial Internacional, a bordo de la cual hay actualmente 9 astronautas.
Unos 90 segundos después del desprendimiento, los motores se encendieron para permitir un rápido alejamiento de la Iss, en una maniobra nunca antes realizada y posible porque a bordo no había astronautas listos para intervenir con los mandos manuales en caso de problemas.
Entonces el transbordador comenzó su descenso hacia la Tierra; después de un viaje de aproximadamente seis horas, regresó a la atmósfera y luego los tres paracaídas se abrieron como estaba previsto, ralentizándola hasta que se aterró en el suelo esta madrugada.
Los dos astronautas que el pasado 6 de junio habían guiado al Starliner en un viaje decididamente aventurero y lleno de imprevistos la vieron alejarse de la Estación Espacial (ISS).
De hecho, Butch Wilmore y Sunita Williams, ambos veteranos de la NASA, permanecieron a bordo de la ISS. Habían sido seleccionados para realizar las pruebas con las que, en el transcurso de una semana, el transbordador de Boeing podría obtener la certificación para transportar astronautas y convertirse así en el segundo taxi espacial de la NASA después del transbordador Crew Dragon de SpaceX.
Sin embargo, las cosas fueron diferentes y, después de semanas de análisis, comparaciones, debates y aplazamientos, la agencia espacial estadounidense ha decidido la solución más segura para los astronautas: hacer que el Starliner no tripulado vuelva a entrar y buscar un pasaje para Wilmore y Williams en otro vehículo, un Crew Dragon.
La espera será larga porque las primeras posibilidades de volver en este momento solo se esperan en febrero de 2025. Los dos veteranos permanecerán en órbita durante más de ocho meses.
El transbordador identificado para el regreso es, por ahora, el de la misión Crew 9, que debería salir el 24 de septiembre para regresar en febrero y que por eso ha visto reducir la tripulación de cuatro a dos astronautas. Los comentarios de la NASA sobre el regreso de Starliner son positivos.
En la conferencia de prensa celebrada poco después del aterrizaje, el jefe de operaciones espaciales de la NASA, Joel Montalbano, dijo que "no fue un fracaso exitoso", citando la famosa definición de la misión Apolo 13.
"Regresar sin tripulación fue una decisión difícil, pero necesaria", pero "que el transbordador haya regresado es un hecho", dijo. (ANSA).
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