Así lo demuestra el estudio sobre refugiados sirios financiado por el Instituto Nacionales de Salud de los Estados Unidos y realizado por el equipo internacional de investigación dirigido por la Universidad de Surrey, en Gran Bretaña.
El estudio, único en su género, examinó a más de 1.500 refugiados sirios acampados en el Líbano con edades comprendidas entre los 6 y los 19 años.
Mediante el análisis de muestras de saliva, los investigadores evaluaron la presencia de modificaciones epigenéticas en el ADN, es decir, modificaciones químicas que alteran la expresión de los genes sin cambiar la secuencia de las "letras" que componen el ADN.
En concreto, examinaron los niveles de metilación, el mecanismo epigenético más común que consiste en añadir pequeños interruptores moleculares (grupos metilo) en determinados lugares del ADN para desactivar la expresión de los genes.
Los resultados muestran que los niños expuestos a los trágicos acontecimientos de la guerra presentan cambios epigenéticos en distintas partes del genoma: algunos están relacionados con genes implicados en funciones críticas como la comunicación entre células nerviosas y el transporte de sustancias dentro de las células.
Estos cambios específicos no se conocen en asociación con otros tipos de experiencias traumáticas, como la pobreza o el acoso escolar, lo que sugiere que la guerra puede desencadenar respuestas biológicas únicas en el organismo.
El estudio también indica que, desde un punto de vista biológico, la guerra pasa una factura más pesada a las niñas, ya que desarrollan cambios epigenéticos más significativos que los niños, especialmente en genes relacionados con la respuesta al estrés y el desarrollo cerebral.
"Aunque es bien sabido que la guerra tiene un impacto negativo en la salud mental de los niños, nuestro estudio encontró pruebas de los mecanismos biológicos subyacentes a este efecto", señala el coordinador Michael Pluess.
"También descubrimos que la guerra está relacionada con un envejecimiento epigenético más lento, lo que podría significar que la guerra tiene un impacto en el desarrollo de los niños", añade Pluess.
"En conjunto, nuestro estudio dibuja un panorama más claro del trágico costo de la guerra para los muchos millones de niños que se ven atrapados en ella", concluye el especialista. (ANSA).
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