Acaba de ser publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.
Sin embargo, siguen siendo un misterio los animales en los que se habrían desarrollado estos embriones.
Algunos indicios provienen de otros fósiles de un organismo, esta vez adulto, que parece tener características similares, con un cuerpo redondeado dotado de una boca gigante.
Los investigadores dirigidos por Mingjin Liu descubrieron que los tejidos una vez blandos que constituían los embriones fueron reemplazados por minerales de fosfato de calcio, que preservaron la estructura tridimensional de los organismos con un sorprendente nivel de detalle.
Los embriones, que datan de hace 535 millones de años, pertenecen a un grupo llamado Ecdysozoa, que incluye insectos, arañas, crustáceos y gusanos, y de su exoesqueleto, es decir, la estructura externa más o menos rígida que protege el cuerpo del animal.
Los autores del estudio especulan que estaban cerca de la eclosión de los huevos en el momento de su muerte.
Por el momento, no se sabe nada de los organismos adultos en los que se convertirían estos embriones, pero los investigadores han notado muchas similitudes con otro animal que vivió hace 540 millones de años llamado Saccorhytus coronarius, también descubierto en la Formación Kuanchuanpu.
Este pequeño ser, de aproximadamente un milímetro de diámetro, tenía un cuerpo redondeado sin extremidades pero con simetría bilateral. Tenía una boca gigante rodeada de estructuras similares a las espinas, pero sin sistema respiratorio y circulatorio, ni tampoco ano.
El grupo supone, por lo tanto, que el animal al que pertenecen los embriones estaba estrechamente relacionado con S.
coronarius, de acuerdo a los estudios recientes. (ANSA).
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