(ANSA) - ROMA - Imponente y muy dulce a la vez, con el vestido que desciende en suaves drapeados hasta los pies y el niño sostenido mientras cae de pie sobre una pierna. Por todas partes, exvotos por un indulto recibido.
Y no es raro ver aquí a algunas mujeres de rodillas pidiendo ayuda en un susurro.
Muy pocas obras del Renacimiento italiano han logrado conservar hasta hoy un carácter devocional tan fuerte como la Virgen con el Niño, para todos la Virgen del parto, conservada en la Basílica de Sant'Agostino en Campo Marzio en Roma.
Pero hacía siglos que la obra no brillaba con tanta fuerza en el centro de su nicho.
Obra maestra del florentino Jacopo Sansovino, quien la esculpió en un solo bloque de mármol de Carrara, encargada en 1516 por la familia Martelli y terminada en 1521, hoy la Madonna del Parto finalmente se muestra en toda su belleza después de la restauración orgánica promovida por el Especial Superintendencia de Roma, en colaboración con Intesa Sanpaolo en el marco del programa Restitución Monumental.
"Es una hermosa escultura, en la que se sienten las influencias de Rafael y Miguel Ángel, guardada en una iglesia que es en sí misma un libro de arte, con obras que van desde el siglo XV hasta el XIX", dice la superintendente Daniela Porro, junto al padre Domenico, orgulloso Rector de la Basílica "dedicada a la mujer", como él dice.
"Sansovino en particular -continúa Porro- miró la estatuaria antigua y se inspiró en un Apolo citado".
Pero precisamente esas prácticas devocionales promovidas a lo largo de los siglos, especialmente desde el siglo XIX, habían oscurecido literalmente su esplendor.
En 1822, de hecho, el Papa Pío VII Chiaramonti instituyó el culto, concediendo la indulgencia a mujeres y hombres que besaran los pies de la Virgen recitando el Ave María.
(ANSA).
La Virgen del Parto recupera su luz con biorestauración
Conservada en Basílica de Sant'Agostino, en Roma, es objeto de una gran devoción.