La información la dio a conocer en la red social X (antes Twitter) el periodista y presentador de televisión Clemente Mimún.
"Franco Migliacci, letrista de algunas de las canciones italianas más bellas (incluida 'Nel blu dipinto di blu'), productor musical, editor musical y cazatalentos, ha fallecido a la edad de 92 años en una clínica romana. Su familia estuvo a su lado hasta el final", escribió.
Nacido en Mantua en 1930, Migliacci estudió en Florencia, donde su padre, el mariscal de la Guardia de Finanzas, fue trasladado en 1934. La insistencia de sus padres para que estudiara contabilidad fracasó, afortunadamente para los amantes de la música.
Durante su juventud, el italiano descubrió que su verdadera pasión era el arte en todas sus expresiones, desde la literatura hasta la música. Al principio de su carrera fue ilustrador y dibujó cuentos para periódicos infantiles, como "Bambola" y "Lupettino", dirigidos por Nino Capriati.
Durante las audiciones para la película "Carica eroica", conoció a Modugno y los dos se hicieron amigos inseparables. De una colaboración entre ellos surgió en 1957 el éxito "Nel blu dipinto di blu' (Volare), que se convirtió en himno y símbolo de Italia en el mundo.
Ya en 1960, Migliacci comenzó a colaborar con otros artistas, en particular con el cantante italiano Gianni Morandi, para quien escribió "C'era un ragazzo che come me amava i Beatles e i Rolling Stones", "Fatti mandare dalla mamma a prendere il latte", "Andavo acento all'ora" y "In ginocchio da te".
Además, fue letrista de canciones cantadas por Rita Pavone, Mina, Milva, Fred Bongusto y Patty Pravo. Entre otras producciones conocidas se encuentran "Tintarella di luna" y "Una Rotonda sul Mare".
En los años 1980, escribió las canciones de los dos primeros álbumes y la famosa canción "Ancora" para Eduardo De Crescenzo, y produjo Scialpi, con "Rocking Rolling" y "Pregherei". Poco después, su eclecticismo musical le llevó también a crear temas para dibujos animados.
En 2003, Migliacci fue nombrado presidente de la Sociedad Italiana de Autores y Editores (SIAE) y al cabo de dos años, tras una serie de polémicas suscitadas por miembros de la institución, como Gino Paoli, que no lo consideraba representativo, renunció a su posición. (ANSA).
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