(ANSA) - BOGOTA, por Oscar Escamilla - Fernando Botero, el más grande artista plástico colombiano, amó a Italia, al punto que en ese país será sepultado su cuerpo, confirmó a ANSA su hijo Fernando Botero Zea.
"No tengo ninguna duda de que Italia fue uno de los países más importante para mi padre. Después de Colombia, Italia fue el país más importante para él", aseguró el hijo del pintor y escultor que murió el viernes en Mónaco a los 91 años, producto de complicaciones respiratorias.
Botero Zea dijo que su padre dejó la orden de ser sepultado en el cementerio municipal de Pietrasanta, una pequeña ciudad ubicada en la costa del norte de la Toscana, en la provincia de Lucca.
"Salgo esta noche a Mónaco para acompañar a mi padre en estos últimos momentos y me reuniré con mis hermanos para tomar la decisión más conveniente. La decisión de mi padre fue ser enterrado en un cementerio municipal de un pueblo pequeño de Italia que se llama Pietrasanta", afirmó.
Aseguró que "Italia fue un país extraordinariamente importante para él, diría que fue un país profundamente cercano a su corazón y él quiso que sus restos quedaran para el resto de los tiempos en Pietrasanta, al lado de la mujer que lo acompañó durante medio siglo, que fue la artista Shopia Vari".
Para Botero el "amor" de su vida fue Vari, también artista plástica de origen griego y quien falleció el pasado 5 de mayo en Mónaco.
El hijo del artista aseguró que el amor de su padre por Italia tenía tres razones.
"Primero, él descubrió la pintura del renacimiento, que fue su más grande influencia al estudiar el arte del renacimiento en Florencia siendo muy joven. Él se formó como artista a nivel teórico y práctico en Florencia", detalló Botero Zea en entrevista con ANSA.
La otra razón tiene que ver con Pietrasanta, la ciudad que el artista plástico descubrió en los años 70 y donde fundió sus grandes esculturas de bronce, caracterizadas por el volumen y que durante décadas fueron expuestas en París, Tokio, Berlín, Madrid, entre otros lugares.
"El amó ese rincón de Italia y durante cerca de 40 años todos los años pasaba entre 4 a 5 meses en Pietrasanta, con profundo amor por ese pueblo y por esa parte de Italia", afirmó el hijo del pintor y escultor.
"Y tercero, porque Italia recibió su obra con extraordinario interés y extraordinaria admiración con exposiciones maravillosas en Milán, en Sicilia, en Palermo, en Perugia, en muchos otros lugares", argumentó Botero Zea, antes de partir de Bogotá a Mónaco a darle el último adiós a su padre. (ANSA).