(ANSA) AOSTA - En Aosta, el 11 de noviembre se inaugura "Area megalitica", una de las joyas arqueológicas más interesantes y ricas de Europa.
El área ofrece una inmersión en el pasado, una experiencia única para comprender mejor los orígenes y la complejidad de la historia de la humanidad, entre antiguos ritos de fundación, túmulos, dólmenes y estelas de piedra con perfil humano.
En recientes excavaciones han aparecido huellas humanas: nuestros pasos coinciden con los de nuestros antepasados, en una superposición entre pasado y presente.
Seis milenios de historia se reúnen así en una superficie de aproximadamente una hectárea, cubierta por una gran estructura construida para proteger las excavaciones, lo que transforma Area megalitica en uno de los rarísimos sitios que presentan a la vez los monumentos originales y el museo en el mismo lugar.
La nueva disposición se aprecia ya desde la entrada, que se ha trasladado a la esquina de Corso Saint-Martin-de-Corléans y Via Italo Mus.
Desde ahí se accede a un espacio protegido por una gran pared de cristal, bañado por una suave luz; un pasillo, la Rampa del Tiempo, permite realizar un viaje al pasado a través de los siglos enriquecido con elementos tridimensionales: se desciende hasta hace 6.000 años, seis metros por debajo del nivel del suelo.
La vista se abre entonces a la zona cubierta, una gran "nave" que alberga estructuras prehistóricas fechadas entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce. En el sótano, se pueden admirar los resultados de una excavación iniciada en 1969, que sacó a la luz pruebas intactas de un pasado aún envuelto en el misterio.
Al lado hay una sala inmersiva, en cuyas paredes curvas se proyectan imágenes que ilustran la sucesión de fases arqueológicas. La fase más antigua se remonta al quinto milenio a.C., y es la de la labranza cultural, cargada de simbolismo: retrotrae el reloj a la época de los ritos fundacionales por los que la comunidad establecía una fuerte relación con la tierra.
En el mismo nivel se encuentra el Salón Cívico, equipado para acoger conferencias y reuniones. El itinerario continúa entre postes de madera y losas líticas hasta la Gran Sala de las Estelas, con decenas de esculturas antropomorfas de piedra que representan a hombres y mujeres con vestimentas, ornamentos y armas.
A continuación, el recorrido atraviesa la fase de transición entre la Edad del Cobre y la Edad del Bronce, a principios del II milenio a.C., y culmina en una sala dedicada a la Protohistoria, periodo en el que la zona se convirtió en lugar de actividades agrícolas y también funerarias.
El símbolo de esta transformación es el gran túmulo funerario que puede admirarse por primera vez con su suelo original. Ascendiendo por una rampa, el yacimiento es visible desde una perspectiva elevada, con vistas a los vestigios de la antigüedad.
Subiendo a la primera planta, nos adentramos en la época romana; una primera sección está dedicada al asentamiento rústico: es una oportunidad para descubrir temas y artefactos relacionados con la vida cotidiana en la época de Augusta Praetoria, la antigua Aosta.
Una segunda sección permite visitar la necrópolis excavada a lo largo de los años a lo largo de la carretera, bajo la iglesia parroquial y el jardín de infancia: casi 20 tumbas caracterizadas por ajuares funerarios extremadamente ricos, que permiten reconstruir prácticas y rituales funerarios muy diferentes en cuanto a cronología y tipología.
La sección medieval concluye el recorrido: en esta época, la zona de Saint-Martin-de-Corléans contaba con diversas estructuras que gravitaban en torno a la pequeña iglesia local, mencionada en una bula papal de 1176. (ANSA).
Inauguran en Aosta una de las joyas arqueológicas de Europa
El "Area megalítica" permite comprender los orígenes de la humanidad.