Moore es Elisabeth Sparkle, una actriz premiada en el pasado y ahora instructora de aeróbic en un popular programa de televisión, que fue despedida inmediatamente por un rudo ejecutivo de red (Dennis Quaid).
Sin demasiadas vueltas de palabras, el hombre le dice que "a los 50 se acabó todo" y que al público se le debe ofrecer "carne fresca". Elisabeth decide entonces probar una droga misteriosa que promete activa primera inyección, la ex estrella da vida a Sue, una joven angelical y perfecta interpretada por Qualley. Solo una regla debe ser respetada: las dos identidades deben alternarse cada siete días, para que ninguna prevalezca sobre la otra.
"Coraline encontró una manera única de ahondar en la angustia del tiempo que pasa y deja su huella en nuestro cuerpo y en nuestra alma. Sabía que este papel me sacaría de mi zona de comodidad", afirma Moore en la rueda de prensa. Con "Propuesta Indecente", "Striptease" o "Ghost" fue protagonista en Hollywood y ahora, con casi 62 años, sabe cómo darle a Elisabeth sufrimiento y arrepentimiento.
La regla obviamente se infringe, lo que desencadena una reflexión sobre el espejismo de la eterna juventud, sobre la apariencia física como la única clave para ser aceptada en el mundo del entretenimiento y en la sociedad en general. La mirada atrevida y grotesca del director francés (ya potente en el thriller de terror "Revenge") persiste en las caderas, las nalgas, los cuerpos hechos de carne y sangre de una mujer que envejece de modo repentino e imparable y de quien triunfa en el mundo por la su belleza pura y vital.
"La película no sólo explora el tema del envejecimiento, sino también el de la violencia a la que llegamos a infligirnos a nosotros mismos para cumplir con las normas impuestas por otros, sólo para complacer la mirada de los demás. Una experiencia que nos une a todos, me temo", reflexiona la actriz, ya en carrera por el Oscar, así como por los Globos de Oro y la American Choice.
Su contrapeso es Qualley: la hija de 30 años de Andie Mcdowell, con una carrera ya sólida gracias a los roles inquietantes en "Once Upon a Time… in Hollywood" y en la serie "The Leftovers".
"Sue no sólo es joven y hermosa, también es una recién nacida; ninguna experiencia la ha hecho sufrir todavía. Resulta un personaje bastante extraño, casi desalmado", argumenta Qualley.
"Pero no es superficial", completa la respuesta Moore, con complicidad natural: Margaret empuja a Sue profundamente, hacia un sufrimiento compartido con Elisabeth, surgido del deseo de ser amado." "Crecí como bailarina -continúa Qualley-. Trabajé brevemente como modelo y luego actriz: cada paso del camino implicó presión increíble ligado a la idea de tener que ser perfecta y hasta niveles inaccesibles. Por suerte, gracias también a películas como esta, las mujeres estamos rompiendo moldes. Soy feliz de trabajar en Hollywood hoy y no hace diez años".
Moore está de acuerdo y admite que actuar en The Substance es estado catártico: "La idea de que las mujeres nos hemos hecho nuestras, en una especie de asentimiento silencioso, es que a medida que envejecemos nos volvemos menos deseables, perdemos valor. Esta película me enseñó suspender el juicio despiadado hacia mí y concentrarme y celebrar todo lo que soy, en lugar de centrarme en lo que no soy. Ahora soy más libre". (ANSA).
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