De hecho, del trabajo en la cavidad de la bóveda decimonónica del atrio de la Villa surgió un putto (motivo ornamental consistente en la figura de un niño, frecuentemente desnudo y alado, Ndr),; del siglo XVII junto a una escena paisajística de colores otoñales y un poco más lejos otro putto sin cabeza.
De una abertura en la superficie exterior de la bóveda se descubre otro hallazgo extraordinario: un cielo con querubines volando alrededor del escudo de Farnesio.
Se hallaron seis frescos, seis pinturas de la época farnesia: dos 'Alegorías' atribuidas a Antonio Carracci, que recrean en clave religiosa dos penachos pintados por Giulio Romano en la Logia de Cupido y Psique, y 'Hércules con la maza' de Sassoferrato, inspirado en una figura de Júpiter pintada en la misma logia; 'Galatea' de Pietro da Cortona, 'Galatea' de Andrea Sacchi y la copia del siglo XVII de la 'Galatea' de la École Française de Rome, obras ejemplares del clasicismo del siglo XVII en la Logia de Galatea.
Las obras descubiertas se presentarán el 5 de noviembre en una conferencia en la Accademia Nazionale dei Lincei y, al día siguiente, en la exposición de la Villa 'Il Seicento in Villa Farnesina', que relata los frescos inéditos a través de tecnologías digitales y la campaña fotográfica de Luigi Spina.
La exposición, abierta hasta el 12 de enero y curada por Alessandro Zuccari y Virginia Lapenta, pretende profundizar en las obras creadas por Rafael en la Villa y la influencia de su estilo en la Roma del siglo XVII. Además, la reconstrucción tridimensional muestra la secuencia de las distintas transformaciones a lo largo del tiempo del vestíbulo del prestigioso edificio con el objetivo de devolver una imagen del entorno y su decoración original.
Entre 1861 y 1863 se llevaron a cabo importantes obras de restauración en la Villa Farnesina, en particular en la planta baja, que fue radicalmente modificada con respecto al proyecto del siglo XVI realizado por Baldassarre Peruzzi para Agostino Chigi.
El arquitecto Antonio Sarti encontró graves daños estructurales debido a la carga de los muros sobre las bóvedas y propuso intervenciones de consolidación. La sala principal se dividió en dos partes, distorsionando la espacialidad original y añadiendo nuevas áreas de servicios, incluido un hueco de ascensor.
El descubrimiento de los frescos, salvados por la inserción del ascensor, constituye una importante novedad para el conocimiento del edificio y de su fase decorativa del siglo XVII, obtenida en el marco de las actividades de conservación y restauración llevadas a cabo por la Accademia Nazionale dei Lincei. en colaboración con el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología. (ANSA).
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