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La casa de juez amigo de Dante, mito y realidad

En Cerdeña, la que se supone fue la última casa de Ugolino Visconti, al que el poeta alude con afecto en el octavo canto de la Divina Comedia.

Redazione Ansa

(ANSA) - TEMPIO PAUSANIA 29 NOV - Los mitos se basan a menudo en un núcleo de verdad y en parte en creencias populares que a lo largo de los lo largo de los años los hombres los han combinado con lo cierto, a veces transformándolos en algo mucho más grandioso.
    Tal es el caso de la "Casa de Nino di Gallura", un importante testimonio de la arquitectura medieval en Tempio Pausania, Cerdeña, y que siempre se ha descrito como el hogar de los últimos años de la vida del último juez de Gallura.
    Se desconoce cuánto hay de leyenda y cuánto de verdad, o tal vez no se quiera saber.
    Porque en Tempio ese edificio bajo con dos características ventanas arqueadas y un pequeño portal, situado en una fachada construida de piedra franca, hoy perfectamente integrada en los recientes edificios circundantes, es y siempre será el hogar de Ugolino Visconti, conocido como Nino, juez del Giudicato de Gallura a mediados del siglo XIII.
    Nacido hacia 1265, Nino pertenecía a una poderosa familia poderosa familia, contada, según la tradición, entre los siete grandes linajes que quedaban en Pisa del séquito imperial de Otón I.
    Su padre Giovanni, uno de los líderes más turbulentos del partido güelfo de su ciudad, se había casado con una hija del conde Ugolino della Gherardesca, y al morir en 1275 pasó a su hijo hijo, por derecho hereditario, el señorío del giudicato de Gallura.
    Es el juez Nin gentil, con quien en la valletta dei príncipes en el octavo canto de la Divina Comedia, Dante Alighieri tiene una conversación afectuosa, único pero seguro testimonio de la amistad que en vida le unió a él: "Giudice Nin gentil, quanto mi piacque quandi ti vidi non Sare tra i culpabili" [...] "La víbora no la hará tan bella sepultura Que el milanés acampe como lo hubiera hecho el galo Gallura" (vv. 52-55). Su muerte debe situarse en los últimos años del siglo XIII.
    Aunque las fuentes no indican claramente que Ugolino Visconti se alojara en Tempio, la creencia de que este pequeño edificio en el corazón de la ciudad de Alta Gallura era una antigua residencia o una simple propiedad -entre muchas- del juez, está tan arraigada que si se afirma lo contrario aquí uno sería ciertamente acusado de herejía por la gente local, muy apegada a Nino.
    Quién de ellos está más apegado al último juez de Gallura es Michele Tamponi con su difunta esposa Felicita.
    Destacado abogado, profesor en la Universidad Luiss, honrado este año con el prestigioso premio Accademico dei Lincei, Tamponi y su esposa compraron lo que lo que quedaba de la casa de Nino Visconti y la restauraron bajo la atenta dirección de la Superintendencia de Sassari, para reabrirla a la ciudad.
    "El vínculo con las raíces. Esta es la razón que nos llevó a vender una propiedad junto al mar para comprar lo que era una ruina. Son siempre las raíces, mis mis orígenes de Tempio, lo que me hizo apasionarme por la historia de Nino Visconti», explica Tamponi a ANSA.
    Para la ocasión abrió la puerta de la casa y actuó de guía, como Virgilio hizo con Dante- en el interior del histórico histórico edificio. Una historia, la de Tamponi, que se remonta a la Edad Media, a la época de los Giudicati y los jueces en Cerdeña y representa un momento fundamental de la historia de la isla.
    La casa de Nino en Tempio, aunque durante años estuvo abandonada y a veces olvidada, ha resistido el paso de cientos de años, y aunque quizá el último juez de Gallura nunca puso nunca puso un pie allí, su historia continuará, gracias a la familia Tamponi, cada vez más viva. (ANSA).
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