(ANSA) - ROMA - El 27 de mayo de 2023 Romelu Lukaku vestía la camiseta del Inter en el San Siro, pero en ese momento aún no sabía que sería la última vez delante de sus seguidores.
El belga estaba convencido de que jugaría como titular en la final de Champions, pero luego Inzaghi prefirió a Dzeko, lo que significó el comienzo de la despedida tras la derrota en Estambul ante el Manchester City.
Cinco meses después de aquel Inter-Atalanta, volverá a salir al campo del San Siro como su rival, con una recepción de la hinchada que no será la misma dedicada a otros jugadores que han ganado un "scudetto" con el Inter. Desde hace un mes que la Curva Norte le ha hecho saber su posición, por lo que la hinchada nerazzurra entregó a los aficionados 30 mil silbatos, aunque la protesta tendrá que ser realizada de otra manera, ya que la misma Curva afirmó que los silbatos serán prohibidos el domingo en el San Siro.
"¡Enésimo abuso, silbatos prohibidos! Diez mil en Florencia hace dos años ok. La Ley no es igual para todos", publicó la hinchada del Inter en su cuenta de Instagram.
Marotta, por otro lado, definió tiempo atrás el traspaso de Lukaku como parte "del pasado" y "una decepción", aclarando que no es la primera vez que le sucede que "un futbolista finge querer renovar y luego piensa en otra cosa". En cuanto a él, desde la retirada del belga hace días, dijo: "Si hablo del verano, será un shock...".
Palabras que hicieron del partido del domingo un desafío entre el Inter y Lukaku, no contra la Roma. Casi una guerra ideológica, la que se ha creado y criticado antes del partido de Europa League contra la Slavia Praga del mánager general de Roma, Tiago Pinto.
"Se busca fomentar el odio. Los que intentan enfrentar a la multitud contra Lukaku son los mismos que hace un año celebraban la elección de Mkhitaryan, mientras que dos años antes celebraban la llegada de Dzeko. Hay que pensar bien en lo que hablamos, porque tenemos un gran peso social", afirmó Pinto.
Palabras que siguieron a las que ya había expresado Mourinho, subrayando como Lukaku representó para la Roma un drama deportivo, mientras que Calhanoglu, que pasó del Milan al Inter, era presentado como "una maravilla". En medio de estas críticas y cuestionamientos está Lukaku, con su primera experiencia en Italia y la negativa del Inter que no le permitió su retorno al Chelsea, cuya apelación todavía carece de la versión de los hechos de Romelu.
"En su momento hablaré de lo que sucedió", dijo desde el belga, tratando de mantenerse enfocado en el campo para lograr un rendimiento que hasta ahora ha sorprendido a todos.
Nueve partidos jugados como titular y ocho goles, con promedio de juego de 97 minutos: son solo algunos de los números a los que se aferrará Mourinho para intentar apoderarse de ese San Siro que amó alguna vez a Lukaku, pero ahora lo niega y está dispuesto a cuestionarlo. (ANSA).
Lukaku regresa al San Siro
Le prohíben a los hinchas usar silbatos en modo de protesta