(ANSA) - ROMA, 6 ABR - Un cabezazo de Gianluca Mancini sobre el final del primer tiempo y una solidez defensiva que no le dio opciones a Lazio de recuperarse del golpe, le permitieron a Daniele De Rossi celebrar con un triunfo su primer clásico como técnico de la Roma y frustrar a su colega croata Igor Tudor.
Mancini convirtió el único gol a los 42' de un partido en el que Lazio tuvo más el balón, pero Roma fue más incisiva y generó más de peligro frente al arco rival en un derby con pocas emociones, escaso fútbol y muchas faltas de ambos lados.
Pero como suele decirse, los clásicos no se juegan, se ganan y Roma lo hizo en un partido que en la previa registró choques entre fanáticos en las adyacencias del Olímpico, y algunas escaramuzas tras el pitazo final del árbitro Marco Guida, entre jugadores de ambos equipos.
Por suerte y pese a la tensión con la que se disputó sobre todo el complemento, la cosa no pasó a mayores y la Roma pudo celebrar con sus aficionados frente a la Curva Sur, cuyos fanáticos le entregaron una bandera con los colores de Lazio y el dibujo de una rata en el centro que Mancini hizo flamear durante los festejos.
Fue la postal de un partido que presenciaron unos 65 mil espectadores, que prometía más de lo que ofreció y que marcó el regreso después de diez meses del delantero británico Tammy Abraham, recuperado tras sufrir la rotura de los ligamentos cruzados anteriores de la rodilla izquierda y quien saltó al ruedo a los 79' en reemplazo del argentino Paulo Dybala.
El campeón mundial fue titular en una delantera que completaron el belga Romelu Lukaku y Stephan El Shaarawy, reemplazado por Leonardo Spinazzola a los 70', pero su presencia no bastó para darle una dosis de fútbol a un clásico que tuvo más pierna fuerte que talento y más despliegue físico que ideas.
Mancini y Lukaku terminaron amonestados en la Roma, al igual que Lorenzo Pellegrini, el turco Mehmet Zeki Celik y el argentino Leandro Paredes, quien dejó la cancha a los 81' y cuyo compatriota Valentín Castellanos, ingresado al inicio del complemento por el capitán Ciro Immobile en Lazio, también recibió la tarjeta amarilla.
También fueron amonestados el español Pedro, que reemplazó al danés Gustav Isaksen en el arranque del segundo tiempo y el uruguayo Matías Vecino, reemplazado por el español Luis Alberto a los 70' de un partido en el que el brasileño Felipe Anderson fue titular en el equipo de Tudor.
Cifras que hablan del trámite de un partido combatido y particularmente tenso en el segundo capítulo que por aquel cabezazo de Mancini vio ganar a la Roma por primera vez después de dos años y que pudo haberse saldado con algún gol más de no ser porque el poste devolvió un cabezazo de El Shaarawy.
Dos situaciones que explican el por qué de un triunfo que De Rossi celebró con el plantel y con los hinchas en un derby caliente, previo al cual un policía resultó herido y tres aficionados fueron arrestados, entre ellos un líder de la barrabrava de Lazio con antecedentes penales.
Los desmanes ocurrieron horas antes del partido y obligaron a la policía a reprimir con gases lacrimógenos y a secuestrar armas blancas, bastones y cascos que formaban parte del "arsenal" con el que los ultras afrontaron su propia batalla.
Por suerte y a pesar de algunos momentos tensos entre los jugadores de Roma y de Lazio, dentro de la cancha el derby se vivió en paz y el "giallorosso" pudo festejar el triunfo en un duelo en el que llegó al arco del griego Christos Mandas antes del minuto de juego.
El equipo de Tudor, sin embargo, tuvo la primera situación clara con un remate apenas desviado de Immobile, asistido por un Isaksen.
Pasaron varios minutos hasta que, a los 21', Pellegrini respondió con un remate de media distancia que Mandas logró despejar.
En ese pasaje del duelo, Lazio parecía más incisivo tratando de superar la presión de la Roma con pases largos para aprovechar la velocidad de Vecino y de Isaksen, pero fue Roma la que avisó a los 36' con un cabezazo de Celik que se fue apenas arriba.
Con Dybala y con Lukaku apagados, un zaguero como Mancini se encargó de abrir el marcador con un cabezazo a quemarropa que sorprendió a Mandas y a una Lazio que parecía tener el partido bajo control.
"Me late muy fuerte el corazón y me siento el hombre más feliz del mundo", confesó Mancini al final del duelo que lo consagró como héroe del día gracias al gol convertido en su décimo clásico.
Gol que trastocó los planes de Tudor, quien decidió apostar por Castellanos en lugar de Immobile y por Pedro en lugar de Isaksen, buscando darle más peso a la ofensiva en busca del empate, pese a lo cual fue la Roma la que volvería a llegar con peligro en ese segundo período.
El cabezazo de El Shaarawy en el poste a los 55' asistido por Lukaku y un remate de Bryan Cristante que se fue cerca reflejaron que el equipo de De Rossi estaba mejor ante una Lazio que fallaba cuando intentaba llegar sobre el arco del belga de origen serbio Mile Svilar.
No falló el japonés Daichi Kamada a los 64', pero su gol fue invalidado por posición adelantada tras una habilitación del francés Mattéo Guendouzi, a quien Dybala pareció decirle alguna palabra de más porque éste, furioso, lo tomó por el cuello. El árbitro Guida lo apercibió sin amonestarlo.
Pensando en el duelo de ida por los cuartos de final de la Europa League que la Roma jugará el jueves frente al Milan en San Siro y viendo que el argentino lucía nervioso, De Rossi lo reemplazó con Abraham, mientras su compatriota Chris Smalling sustituía al español Angeliño.
Lazio volvió a llegar con un remate alto de Felipe Anderson a los 70' en la última situación clara que generó como para llevarse al menos un punto ante una Roma que defendió bien la ventaja y terminó celebrando con sus hinchas.
"Se lo merecían porque siempre nos apoyaron", afirmó Mancini al final del partido, al considerar que "hoy era importante ganar, no sólo porque se trata de un clásico, sino porque teníamos que seguir sumando en el campeonato", que tiene a la Roma quinta con 55 puntos, a dos de distancia de Bologna, cuarto con un partido menos y por ahora clasificado a la próxima Champions.
Mancini reconoció que en el primer tiempo padeció "algún problemita (físico) y después también otro que me obligó a tomar algo (un analgésico supuestamente, Ndr) en el entretiempo" porque -dijo- "en estos partidos se deja la cancha sólo con una pierna rota". (ANSA).
Roma celebra en el clásico
Mancini le dio la victoria al "giallorosso" sobre Lazio