Deportes

Forgues pondera inclusión de deportistas trans

Sandra Forgues

Redazione Ansa

(ANSA) - PARIS, 20 MAG - Sandra Forgues, que llevó la antorcha olímpica de París 2024 en Bagneres-de-Bigorre, quiere mantener alta la llama de la inclusión de deportistas trans.
    "La antorcha es un honor y también una esperanza. Y quiero transmitir el espíritu de inclusión y de humanidad", afirmó Forgues, quien participó en el relevo colectivo de la antorcha en los Altos Pirineos, 28 años después de su éxito olímpico.
    La atleta de 54 años ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 en la canoa biplaza junto a Franck Adisson y cuando todavía era "Wilfrid", identidad que cambió en 2016.
    Al llevar la antorcha olímpica, además de los valores olímpicos queridos por Forgues, quiso resaltar la importancia de reconocer y celebrar la diversidad en el deporte y en la sociedad en general.
    Para la ocasión, en Bagneres-de-Bigorre, Forgues se reunió con Frank Adisson para sostener en alto la antorcha en las aguas de la cuenca natural donde se entrenaban en la década del 80 y del 90.
    "Comprendí que el comité organizador de París 2024 respeta a los atletas y antepone la diversidad en el deporte a todo lo demás", celebró Forgues, quien aprovechó la ocasión para realizar un balance de su vida.
    "Durante los primeros 20 años pensé que era la única persona en el mundo que sentía la necesidad de ser mujer. A los 30, tomé conciencia de mi transidentidad, pero yo traté de deshacerme de eso porque tenía una vida perfecta como hombre", explicó.
    "La transidentidad es más fuerte que todo, está anclada en nosotros y no es un capricho en absoluto", enfatizó Forgues, que con 46 años decidió destruir su "prisión dorada" para hacer la transición siguiendo un tratamiento hormonal y un proceso quirúrgico que duró 3 años.
    "Desmantelé a la persona que debía estar de acuerdo conmigo mismo", narró Forgues, que como Wilfrid estaba casado y era padre de dos hijos.
    Forgues, hoy abuela de Timothé (nació en 2023), se dice feliz en su nueva vida en el pueblo de Volvestre, media hora al sur de Toulouse, donde vive en una casa con vistas a un arroyo que atraviesa un bosque.
    Asimismo, transita su vida cotidiana como responsable de los sistemas informáticos de una industria, practica carrera y handball en un equipo femenino. (ANSA).
    Leggi l'articolo completo su ANSA.it