Deportes

Pérec y Riner encienden la llama que vuela

La velocista y el judoca ganaron tres oros olímpicos cada uno

Redazione Ansa

   (ANSA) - PARIS 26 JUL - El misterio, el mayor de todos los tiempos, que solo tuvo respuesta en los últimos minutos de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de 2024: los que encendieron la llama que tomó la forma de un globo aerostático volando en París, fueron la velocista Marie-José Pérec y el judoca Teddy Riner, ganadores de tres medallas de oro olímpicas cada uno.
    Desde los primeros minutos de la espectacular ceremonia, los franceses intentaron alimentar la curiosidad, que, como es habitual, acompañó la víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos, sobre quién sería el último en portar la antorcha olímpica.
    Todo empezó con el humorista Jamel Debbouze, que estaba "esperando" la ceremonia en el Estadio de Francia, donde en su lugar se encontró "solo" -con las gradas vacías- con Zinedine Zidane, capitán de la selección nacional campeona del mundo en 1998 y exjugador de Juventus y del Real Madrid.
    Las expectativas en torno a la antorcha crecieron con el arribo de un portador enmascarado. Carreras sobre los tejados de París, bailes salvajes y luego un paseo por las aguas del Sena, siempre sin ser reconocido, hasta entregar la llama olímpica en el Trocadero. Entonces reapareció Zidane y, con un nuevo golpe sorpresa, pasó la antorcha a Rafa Nadal que, en París, ganó 14 veces Roland Garros.
    El viaje de la antorcha continuó por el Sena con otros campeones, Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci. De regreso a tierra firme, la antorcha pasó por manos de otros atletas protagonistas de la historia reciente y no del deporte francés, con espacio, cerca del Louvre, también para tres atletas paralímpicos. El final estuvo a cargo de Peréc y Riner, quienes hicieron volar el fuego olímpico. Francia intentó sorprender a todos y, en parte, lo consiguió, gracias a la iluminación de un pebetero nunca antes visto.
    Los Juegos están abiertos. La llama arderá y encenderá los corazones de todo el mundo hasta la tarde del domingo 11 de agosto. El fuego estará siempre en el cielo. (ANSA).
   

Leggi l'articolo completo su ANSA.it