(ANSA) - PARIS, 27 JUL - Luigi Samele aportó hoy la segunda medalla del día para Italia en los Juegos Olímpicos de París al conquistar el bronce en las competencias de esgrima en la categoría sable individual, al vencer al egipcio Ziad Elsissy por 15-12 en la final por el tercer escalón del podio.
El tunecino Fares Ferjani enfrentaba a continuación por el oro al surcoreano Sanguk Oh, vencedor en semifinales del italiano que celebró luego la segunda medalla de la delegación "azzurra" tras la de plata aportada por Filippo Ganna en la prueba contrarreloj individual de ciclismo.
Un denominador común entre ambas competencias fue la presencia para alentar a sus compatriotas del presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, quien luego de felicitar a Ganna partió raudo rumbo al Grand Palais para ver en acción a Samele.
"Es un fanático muy especial", reconoció el esgrimista, quien tras obtener el bronce se abrazó con Mattarella, devenido en una especie de "amuleto de la suerte" para los deportistas italianos que disfrutan y celebran su presencia en París.
"Cuando lo vi entre el público no pude reprimir mi deseo y fui a abrazarlo", comentó Samele, que sumó un nuevo bronce al obtenido en Londres 2012 en la categoría sable por equipos, en la que logró la medalla de plata en Tokio 2021, donde también celebró un segundo puesto en la modalidad en la que compitió hoy en París.
El esgrimista, de 37 años, lucía emocionado y confesó: "Ganar otra medalla olímpica es algo que jamás hubiese imaginado, pero confirma que nunca hay que dejar de soñar. Hoy, no me rendí y luché por ella desde la primera hasta la última estocada", resumió.
"Siento una felicidad indescriptible", agregó al reconocer que estaba "conmovido" por la medalla y por el saludo de Mattarella, quien se abrazó con el presidente francés, Emmanuel Macron, presente también en el Grand Palais.
Hoy, los dos mandatarios lucían secos, como lucía el francés en la víspera pese a la lluvia que condicionó una ceremonia de apertura en la que Mattarella, en cambio, resistió estoico, sin lugar en el que protegerse como sí lo tuvo su colega y anfitrión.
El jefe de Estado italiano se saludó con Samele antes de que el atleta saltara al ruedo en busca de la medalla y ambos se estrecharon las manos antes de cruzar los dedos, repitiendo un gesto típico que representa un augurio de buena suerte.
Luego, Mattarella se acomodó en su butaca junto al presidente del Comité Olímpico nacional (CONI), Giovanni Malagó, y disfrutó el triunfo del esgrimista, sonriendo ante cada estocada que llegaba a destino.
Mañana será su tercer y último "día olímpico" en París, antes de emprender el regreso a Roma, aunque quienes salgan al ruedo en busca de medallas seguramente rezarán por tenerlo cerca, porque demostró ser un "talismán" infalible. (ANSA).
Samele suma un bronce para Italia
En la prueba de esgrima masculina de sable individual, con Mattarella como "amuleto"