"Púgil trans de Argelia - expulsado del mundial de boxeo - puede participar de las Olimpíadas y enfrentará a nuestra Angela Carini", publicó Salvini en sus cuentas de redes sociales, donde criticó además el "pacato y tranquilo silencio institucional" de la Federación Italiana de Boxeo (FPI) al respecto.
"Una atleta mexicana (Brianda Tamara, Ndr) que la enfrentó declaró 'sus golpes me dañaron mucho, creo que nunca me sentí así en mis 13 años de púgil, ni siquiera combatiendo contra sparrings hombres'. Un cachetazo a la ética del deporte y a la credibilidad de las Olimpíadas. ¡Basta con las locuras de l ideología 'woke'!", completó Salvini.
Khelif y Yu-ting se presentaron en París 2024 por autorización del Comité Olímpico Internacional (COI), a cargo de la organización de los torneos de boxeo tras la suspensión de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA).
Ambas púgiles habían sido descalificadas del Mundial en 2023 tras fallar pruebas de género por su elevado nivel de testosterona.
"¿Qué más tiene que pasar para poner fin a esta locura? ¿Debería suceder que un boxeador abandone el ring con lesiones permanentes? ¿Que muera?", cuestionó a su vez JK Rowling, la escritora escocesa autora de Harry Potter.
JK Rowling lleva mucho tiempo librando una batalla personal contra las personas transgénero y, como defensora de la homofobia, señala que muchas asociaciones que defienden los derechos de la comunidad LGBT responden en nombre del feminismo.
Khelif, que enfrentará a Carini este jueves 1 de agosto sobre el cuadrilátero del Paris North Arena por la categoría welter, ya compitió en Tokio 2020, y llegó a la final del Mundial 2023, pero no pudo disputarla por su elevado nivel de testosterona.
La expulsión de Khelif del certamen provocó la intervención del gobierno argelino y casi deriva en una crisis diplomática.
Pero el presidente de la IBA, el ruso Umar Kremlev, respondió citando los resultados de las pruebas de ADN y explicando que tanto Khelif como Yu-ting "tenían cromosomas XY y por este fueron excluidos de los eventos deportivos para garantizar la integridad y la equidad de la competición".
Diferente fue la opinión de la Unidad de Boxeo del COI, tal como reflejó Mark Adams, portavoz de la entidad presidida por el alemán Thomas Bach y quien se limitó a decir que "cada atleta inscripta en las competencias femeninas respeta los requisitos requeridos".
También Rossano Sasso, diputado de la Liga y líder del partido en la comisión de Cultura, Ciencia e Instrucción, cuestionó la decisión del COI de permitir la presencia de Khelif en París 2024.
"Los Juegos Olímpicos de París no dejan de sorprendernos, de forma negativa. Después de la masacre de la representación blasfema de la Última Cena, ahora también se cuestiona la ciencia", manifestó Sasso.
"Imane Khelif, nacida hombre, podrá subir al ring contra Angela Carini el 1 de agosto en un combate de boxeo. ¿El motivo que le permite ser elegible, a diferencia de lo ocurrido en el Mundial? Para los Juegos Olímpicos, la gestión del sistema de evaluación ha sido confiada a la Unidad de Boxeo del COI París 2024, que adopta menos reglas rígidas y desde hace algún tiempo sigue una línea completamente diferente, orientada a la inclusión: la decisión del Comité de no realizar más la verificación de género", lamentó el diputado italiano.
"Sin comentarios, sólo una pregunta: ¿es correcto dejar pelear a alguien que, por naturaleza, tiene una mayor destreza física contra una mujer? En nombre de la llamada inclusión, se ha superado el límite de la decencia", concluyó Sasso.
Por su parte, el senador de la Liga Roberto Marti, presidente de la comisión de Deportes del Palacio Madama, consideró que "la decisión del COI de admitir a Imane Khelif en los Juegos es absurda".
"La boxeadora trans de Argelia fue excluida del Mundial del año pasado por no pasar las 'pruebas de elegibilidad de género', pero ahora Khelif luchará en los Juegos Olímpicos contra nuestra italiana Angela Carini en el combate de boxeo femenino", insistió Marti.
"Para todos está claro que Khelif, por naturaleza, tiene mayor destreza física que una mujer y que, por tanto, se trata de una comparación desigual que no debe permitirse. Un mal ejemplo que va en contra del código moral del deporte", completó Marti.
(ANSA).
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