Economía

Suavizan prohibición de maíz transgénico

Gobierno cede a presiones de EEUU, pero conflicto está latente

Redazione Ansa

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 21 FEB - México cedió a las fuertes presiones de los poderosos agricultores de Estados Unidos, alarmados por el riesgo de una caída en sus ventas de maíz amarillo y de otros productos agropecuarios, debido a un decreto que prohíbe la compra de granos genéticamente modificados y fertilizados con glifosato. No obstante, funcionarios estadounidenses hicieron saber que consideraban estas propuestas todavía "insuficientes", por lo que el peligro de que el asunto llegue a un panel de controversias en el marco del tratado comercial trilateral que mantienen ambos países con Canadá permanece latente. Un decreto firmado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y publicado la semana para prohibir las importaciones de maíz genéticamente modificado suavizó estas medidas al indicar que "se puede seguir utilizando en alimentación de animales y proceso industriales para alimentación humana".
    Al vencerse el martes último el plazo para que México explique a Estados Unidos las bases científicas de esta medida, vigente a partir del 31 de enero de 2024, así como de la eliminación gradual del glifosato en los cultivos para consumo humano por considerarlo cancerígeno, se decidió también aplazar esta última acción hasta el 30 de marzo de ese año. De ser llevado a un panel de controversias del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC), debido al rechazo tajante de los agricultores estadounidenses, apoyados por algunos congresistas de ese país, las cosas podrían complicarse. La mayor parte del maíz que se importa desde Estados Unidos es del tipo "amarillo" y el que se consume como alimento fundamental de la dieta de los mexicanos es el tipo "blanco". El nuevo decreto firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador no incluye una fecha fatal para el uso del glifosato en el consumo animal o uso industrial. Organizaciones ambientalistas como Greenpeace Internacional saludaron la medida adoptada al inicio de la gestión de López Obrador en 2018, y habían anticipado que nada "podrá frenarla" ya que su aplicación es "constitucional, posible y legítima". Sin embargo, de inmediato se gestionaron una oleada de recursos judiciales, conocidos como "amparos" para impedir que se hiciera realidad. El gobierno estadounidense ha estado "torciéndole el brazo" al mexicano sobre el tema, debido a la presión de poderosos "lobbys" de los agricultores a influyentes congresistas. Los expertos mexicanos consideran que, en el caso del glifosato, que los granjeros del país vecino afirman que no puede ser reemplazado, "dependiendo de la escala y del propio agroecosistema se pueden aplicar diferentes alternativas agroecológicas". Por ejemplo, Gisela Illescas, cafeticultora, y dirigente de la organización Campesinos en la Lucha Agraria, señaló que lleva 15 años trabajando en "la transición hacia un modelo agroecológico integrado sin el uso de glifosato". Viridiana Lázaro, especialista en Agricultura y Cambio Climático de Greenpeace México, considera que sí se puede sustituir por "alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas, que permitan mantener la producción y resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente". El glifosato es el pesticida más usado del mundo por su eficacia y costo, pero y es clasificado como "potencialmente cancerígeno" por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque su fabricante, Bayer, argumenta en que esos efectos "no se han podido probar". Ante la amenaza de que el conflicto por el tema del maíz transgénico y el glifosato enturbie las relaciones entre México y Estados Unidos y afecte las importaciones del grano a esta nación, funcionarios de los dos países han venido negociando en las últimas semanas un acuerdo para modificar la medida. El 16 de diciembre pasado, México entregó a Washington una propuesta de enmiendas que incluían alargar el "período de transición" de las importaciones y excluir la medida para el forraje animal", lo que finalmente resultó en el nuevo decreto, pero el conflicto aún no termina. (ANSA).
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