(ANSA) - ROMA 27 SEPT - La energía sigue deparando
desagradables sorpresas a los italianos. Las facturas y los
recibos de combustible suben por la inestabilidad de los
mercados internacionales del gas y el petróleo, pero también por
los impuestos, empujando al alza la inflación.
El gobierno corre a cubrirse con bonificaciones, y convence
a las petroleras para que hagan descuentos en la gasolinera a
los más pobres.
El presidente de Arera, la autoridad pública que fija las
tarifas de la electricidad y el gas en el mercado protegido,
Stefano Besseghini, dijo que espera "una pequeña sacudida" en
las tarifas en los tres últimos meses del año, debido a las
fluctuaciones de los mercados energéticos.
Mañana Arera anunciará la actualización de las tarifas
eléctricas en el mercado protegido, y el 3 de octubre las del
gas.
El presidente de Nomisma Energia, Davide Tabarelli, prevé un
aumento del 12% en la factura de la luz para el último trimestre
de 2023 y del 9% en la del gas en septiembre.
El consejero delegado de Eni, Claudio Descalzi, también ve
una situación "muy volátil" en el gas en los próximos meses.
El directivo explica que el metano (con el que se produce la
mayor parte de la electricidad) tras el cierre de los gasoductos
rusos llega a Italia en gran parte por barco, en forma de GNL. Y
basta una huelga en Australia o el mantenimiento de una planta
en Noruega para que se reduzca el suministro y suban los
precios.
El Gobierno intervino el lunes con el Decreto Ley de la
Energía, que prorrogó hasta el cuarto trimestre la puesta a cero
de los cargos del sistema en la factura del gas, el IVA del 5%
sobre el metano y el bono social de la electricidad.
Pero los recursos en los presupuestos del Estado son
escasos, y el escozor es inevitable. Precisamente por eso, cada
vez hay más presiones para que se aplace el fin del mercado
protegido.
El director de Enel para el mercado italiano, Nicola
Lanzetta, consideró "más que justo" pensar en una prórroga de la
fecha límite de enero. Y le respalda explícitamente la Liga, que
está más que a favor de un aplazamiento.
El tema, sin embargo, no parece figurar entre los del
decreto de prórroga aprobado por el Consejo de Ministros. Y no
solo las facturas de gas y electricidad pesan sobre el bolsillo.
La asociación de gasolinerías reveló que un tanque lleno en
Italia cuesta 11 euros más que en el resto de Europa, gracias a
unos impuestos que representan el 57% del costo final.
La gasolina subió en agosto un 9,5% respecto al mismo mes de
2022. Aquí pesa la decisión de la OPEP y Rusia de recortar la
producción de petróleo para mantener altos los precios. En la
asamblea de la Faib, la asociación de gasolinerías, Adolfo Urso,
ministro de Empresa y Made in Italy, reiteró que el Gobierno,
con el decreto energético, había destinado 100 millones a los
carburantes de la tarjeta social para los menos pudientes.
Luego anunció que había convencido a algunas grandes
petroleras (Eni a la cabeza) para que hicieran descuentos en el
surtidor a quienes tuvieran la tarjeta, y añadió que el Gobierno
quiere ampliar la bonificación de transporte para los camiones.
En caso de que la situación empeore, el Gobierno estudiará
la posibilidad de recurrir al impuesto especial móvil
introducido con el Decreto de Transparencia, que permite reducir
el impuesto sobre los combustibles con los ingresos adicionales
del IVA. (ANSA).
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Tarifas de la energía se disparan
Llenar el tanque costará 11 euros más que en la UE