(ANSA) - ROMA - Pastificio Futuro, el taller artesanal de pastas presente dentro del complejo penitenciario de menores Casal del Marmo en Roma, pero con entrada independiente, quedó inaugurado.
Se llevó a cabo en las instalaciones de un edificio que estuvo en desuso durante años por la cooperativa social sin fines de lucro Gustolibero, con el apoyo de la Conferencia Episcopal Italiana y Cáritas Italiana y en sinergia con la dirección del Instituto Penal Juvenil Casal del Marmo, el Centro de Justicia Juvenil del Lacio -Abruzzo-Molise y Departamento de Justicia Juvenil y Comunitaria.
El proyecto nació - dice una nota - de una idea surgida después de la primera visita del Papa Francisco al centro de detención, en 2013, cuando decidió lavar los pies de los menores presos el Jueves Santo.
La iniciativa parte de tres trabajadores: un preso presente en la fábrica de pasta gracias al artículo 21, un joven de veinte años confiado a los servicios sociales y otro que vive en la comunidad.
Pastificio Futuro, con sus 500 metros cuadrados de superficie, una prensa que puede producir hasta 220 kg de pasta por hora y 4 secadores, es una empresa - subrayan los responsables del proyecto - que podría emplear hasta veinte jóvenes.
"La pasta - afirma Don Nicolò Ceccolini, capellán del Casal del Marmo - se venderá en algunas cadenas de supermercados con las que hemos contactado, además de servirse en algunos restaurantes de primer nivel, porque es una pasta de gran calidad".
"Darles una perspectiva de futuro a estos jóvenes es muy importante, también puede animar a otros niños de su edad que están en prisión a seguir un camino, darles una meta, es una buena oportunidad porque todavía tienen que salir de prisión, ya que el laboratorio está fuera del área de detención, aunque dentro del interior de las murallas de la ciudad", detalló.
"El laboratorio - comenta Alberto Mochi Onori, director de Gustolibero Società Cooperativa Sociale Onlus - podría producir 2 toneladas de pasta al día, alrededor de 4.000 paquetes de 500 gramos cada día". (ANSA).
Un proyecto de futuro en un centro penitenciario
Pastificio Futuro surgió tras visita del Papa en 2013