Economía

Los tractores vuelven a cargar contra Bruselas

El agro brama por cambios. Contra el Mercosur, CETA y Ucrania

Redazione Ansa

(ANSA) - BRUSELAS, por Valentina Brini - Entre las nubes de humo acre de los fuegos encendidos con leña, neumáticos y heno, a mitad de la larga La Rue de la Loi, aparece un cartel negro y naranja atado al capó de un tractor. La palabra "Europa" está escrita al revés. A pocos metros, la pared en la que se alza la famosa obra de arte callejero "El futuro es Europa" está cubierta de estiércol.
    Esas son estampas del tercer acto del asedio de los chalecos verdes en el corazón de Bruselas, que se repite siguiendo el guion de febrero, mientras en las salas del Consejo de la UE los ministros de Agricultura siguen las primeras propuestas legislativas.
    Hubo 250 tractores reunidos, la violencia es más limitada, pero la presión sigue siendo la misma. E incluso la luz verde de los gobiernos nacionales para la revisión de los principios clave de la Política Agrícola Común (PAC), también reclamada por el Ministro del sector italiano, Francesco Lollobrigida, no es suficiente para calmar el descontento. Necesitamos "mejores ingresos, precios más justos y una competencia internacional leal", es el dicho inequívoco de agricultores y ganaderos de todos los Veintisiete.
    Solo así, advierte la asociación valona FJA de cara a las elecciones de Europa, la UE y Ursula von der Leyen (la presidenta de la Comisión Europea) podrán "demostrar que merecen la confianza depositada en ellos en el pasado".
    Actualmente, sin embargo, las primeras concesiones al sector puestas sobre la mesa en un tiempo récord por el ejecutivo de la UE han sido rechazadas por los representantes de los gobiernos reunidos en el Comité Especial de Agricultura.
    Las exenciones, derogaciones e incentivos sobre las obligaciones en barbecho - dejar una tierra de cultivo sin sembrar durante uno o varios ciclos vegetativos-, rotación de cultivos y cobertura del suelo previstas por la PAC -necesarias para recibir fondos de la UE- son los pilares de una reforma que la próxima Comisión Europea deberá continuar.
    Y, aunque sea necesaria la votación del Parlamento Europeo a finales de abril para obtener la luz verde definitiva, las pequeñas explotaciones de menos de 10 hectáreas en particular se beneficiarán de menos burocracia y controles, ya que también están exentas de las sanciones de la UE.
    La luz verde al paquete de reformas, según la visión del viceprimer ministro belga al frente de la presidencia de la UE, demuestra que Europa "ha escuchado" a sus agricultores y ha tomado "medidas rápidas para responder a sus preocupaciones" encontrando "la solución adecuada" en "equilibrio" entre la flexibilidad y las ambiciones del Pacto Verde. Un paso considerado por Lollobrigida como "una inversión de tendencia" también posible gracias al gobierno italiano.
    Sin embargo, los agricultores furiosos con petardos y estiércol delante de los edificios de la Cámara Europea, la Comisión y el Consejo Europeo piden más. La principal exigencia se dirige a unos ingresos justos con un control de los precios de producción y venta a nivel europeo para reducir la especulación de las grandes cadenas de supermercados y, en resumen según la FJA, "ya no tener que vender productos con pérdidas".
    Un ejemplo también destacado por Confagricoltura y Coldiretti, entes italianos del sector. Y que la Comisión Europea está evaluando atentamente, estudiando -asegura el responsable de Agricultura, Janusz Wojciechowski- la introducción de "una prohibición de pagar a los agricultores menos que los costos de producción", introduciendo "un margen justo" sobre los precios de venta de los productos del sector.
    Sin embargo, los chalecos verdes también piden cerrar las puertas del mercado continental a los productos extranjeros -frenando acuerdos de libre comercio como Mercosur (con Sudamérica) y CETA (con Canadá)- y a los ucranianos que, llegando a aranceles cero, perjudican a los productores locales.
    Este último es un tema espinoso porque corre el riesgo de contradecir el apoyo inquebrantable reiterado en varias ocasiones que la UE entrega a Kiev.
    Desde hace semanas, los gobiernos negocian para llegar a un acuerdo sobre la extensión hasta 2025 de las exenciones arancelarias para las importaciones agrícolas procedentes de Ucrania, decididas tras la invasión rusa. En las próximas horas una nueva ronda entre los embajadores será decisiva.
    París, sin embargo, junto con Varsovia, Budapest y Bratislava, se está desacelerando. La voluntad, asegura Lollobrigida, que está discutiendo con las delegaciones de Francia, Chipre, Croacia, Eslovenia y España, es llegar a "un compromiso" capaz de "dar respuesta a las peticiones de equilibrio de precios sin dañar a Ucrania". (ANSA).
   

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