Lo subraya un análisis de Coldiretti (Confederación Nacional de Cultivadores Directos) sobre los datos del ISTAT (Instituto de Estadísticas) publicados tras el anuncio de Pekín de iniciar una investigación anti subvenciones a la importación de productos lácteos procedentes de la UE, en respuesta a los derechos aplicados a los coches eléctricos.
Una medida que sitúa por enésima vez la comida italiana como moneda de cambio en las disputas políticas y económicas que han estallado en otros sectores y que, como ocurrió en el pasado, corre el riesgo de tener repercusiones en la exportación agroalimentaria italiana a los países asiáticos, por 590 millones de euros.
Entre otras cosas, "el bloqueo del tráfico en el Mar Rojo vinculado a los ataques hutíes pesa también sobre el comercio con China. La ampliación de las rutas marítimas entre el Este y el Oeste, obligadas a circunnavegar Sudáfrica, ha llevado -precisa Coldiretti- a un incremento en los costos de transporte del 659%", según el Centro de Estudios Divulga.
En 2019, la comida italiana acabó en el centro de la guerra comercial que enfrentó a la UE con Estados Unidos en la disputa por las ayudas al sector aeronáutico que involucra a la estadounidense Boeing y a la europea Airbus.
"La consecuencia fue -subraya Coldiretti- la entrada en vigor el 18 de octubre de 2019 en Estados Unidos un arancel adicional del 25% sobre la larga lista de productos importados de Italia y de la UE, entre ellos el Parmigiano Reggiano, el Grana Padano, el Gorgonzola, el Provolone, el Asiago, Fontina, salami, mortadela, crustáceos, moluscos, cítricos, zumos y licores como el bitter y el limoncello".
Sin embargo, el embargo ruso decidido por el presidente ruso, Vladimir Putin, en represalia por las sanciones de la UE por la anexión ilegal de Crimea por parte de Moscú dura desde el 7 de agosto de 2014, con una prohibición de entrada en la capital rusa de frutas y hortalizas, quesos, carnes, embutidos y pescado italiano.
Una medida que "supuso la eliminación total de las exportaciones a Rusia de diversos productos presentes en la lista negra, del Parmigiano Reggiano al Grana Padano, del jamón de Parma al jamón de San Daniele, pero también de frutas y hortalizas". A esto, afirma Coldiretti, se suma "la burla de la difusión en el mercado ruso de productos de imitación que no tienen nada que ver con Italia".
Por otro lado, la UE le expresó a China: "Defenderemos el sector agrícola europeo".
"La Comisión Europea toma nota de la decisión de Pekín de abrir una investigación sobre los productos lácteos europeos".
Así lo afirmó un portavoz del ejecutivo de la UE, señalando que los productos a los que se dirige China entran dentro del ámbito de la PAC y otros esquemas regionales.
"Confiamos en que estas subvenciones se ajusten a las normas internacionales y seguiremos atentamente la investigación: la Comisión defenderá el sector agrícola europeo", añadió.
En tanto, el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, dijo que "en cuanto a las medidas de represalia comercial que China ha anunciado sobre los quesos europeos, en reacción a las medidas de la Comisión Europea, creo que todavía hay tiempo, en las próximas semanas, para trabajar juntos en una solución negociada que tenga como objetivo compartir esas medidas".
"Las medidas que sirven para restablecer las condiciones de competencia leal cuando se han determinado casos de infracción según las normas de la OMC deben ser realizadas por la Comisión y el gobierno chino, porque el mercado debe ser libre, pero justo", añadió. "Y la justicia se basa en la igualdad de condiciones".
La decisión de China de iniciar el miércoles una investigación anti subvenciones sobre algunos productos lácteos importados de la Unión Europea "fue tomada en respuesta a una solicitud de la industria nacional".
Por este motivo, observó el portavoz del Ministerio de Comercio, He Yadong, se trata de un asunto que "es fundamentalmente diferente de la apresurada decisión de la Comisión Europea de iniciar una investigación anti subvenciones sobre los vehículos eléctricos chinos sin que los Estados miembros lo soliciten".
"Como siempre, Pantalone siempre paga; nosotros pagamos el embargo ruso con productos agroalimentarios, los aranceles americanos por la cuestión de Boeing son siempre Made in Italy.
En resumen, todos se desquitan con Europa, pero luego los que exportan sufren las consecuencias", dijo a ANSA el presidente del Consorcio para la protección del Pecorino Romano DOP (Denominación de Origen Protegida), Gianni Maoddi, sobre la investigación china sobre los quesos DOP que podría dar lugar a nuevos derechos.
"En los primeros cinco meses de 2024, crecimos en el mercado chino un 45,8%, pero en términos absolutos pasamos de 3.000 kilogramos a 44.000 kg o 66.000 euros de valor, pero existe un enorme potencial de crecimiento que hoy puede verse frustrado", añadió. "Más allá de la decepción, porque no hubo previsión en el aspecto político, no solo en Italia, se necesita reciprocidad".
Y ahora que existe este potencial que habrá que desarrollar, comencemos con el freno de mano puesto debido a ineficiencias políticas y falta de negociación", señaló Maoddi.
Una desaceleración justo cuando el precio del Pecorino Romano DOP se mantiene estable: "Obviamente, se crece en los mercados cuando se tiene un precio definido y en ese momento se mide realmente el valor del producto y las cantidades de queso que absorbe el mercado y, por lo tanto, en esta situación favorable es una pena que cosas como estas puedan afectar a los mercados", dijo. (ANSA).
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