"Necesitamos medidas que den apoyo concreto e inmediato a nuestras empresas. Necesitamos urgentemente proporcionar amortiguadores extraordinarios para los próximos tres años porque hay muchas empresas que corren el riesgo de no tener alternativas a los despidos", afirma Vavassori subrayando el fuerte crecimiento de China en el mercado.
Hace un par de años, el país se convirtió en el primer exportador mundial de automóviles, con más de 5 millones de vehículos. Una situación difícil de la que el gobierno parece consciente. En la mesa de Stellantis del 17 de diciembre, convocada y presidida por el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, también estarán los ministros de Economía, Giancarlo Giorgetti, y de Trabajo, Marina Calderone.
"Pedí su presencia - explica Urso - para que el gobierno como tal pueda dar certeza sobre los compromisos que tendremos en el frente industrial, en el frente de las herramientas de apoyo al trabajo y en el frente económico. Creo que en este sentido, en este contexto podremos decir que el año que viene habrá recursos para el sector del automóvil al menos iguales o incluso superiores a los previstos originalmente en el Fondo del Automóvil".
"Esperamos que un plan de Stellantis proporcione recursos importantes para Italia, con el objetivo de alcanzar una capacidad de producción de al menos un millón de vehículos en nuestro país de aquí a 2030. Esperamos que la reunión del martes marque un punto de inflexión en la relación de Stellantis con Italia y en la política industrial en el sector del automóvil", graficó el ministro.
Urso también espera que el presidente del grupo, John Elkann, acuda lo antes posible al Parlamento, "para ilustrar el plan presentado al Gobierno y a los demás actores que forman parte de la mesa".
Aún con vistas a la reunión del 17 de diciembre, Jean-Philippe Learnato, que encabezará la delegación de Stellantis, se reunirá mañana en Turín con los sindicatos metalúrgicos, a quienes podría dar más indicaciones sobre el plan que está desarrollando para las fábricas italianas "en las escuelas de concreción".
"La empresa debe elaborar un plan industrial en el que Italia se convierta en el centro de la situación. También es necesario que el gobierno empiece a pensar que el dinero que damos a la empresa debe ser condicional", afirma el secretario general del gremio UIL, Pierpaolo Bombers.
Las normas europeas y el riesgo de fuertes multas que se esperan para los fabricantes de automóviles también están en el centro de la preocupación. "Necesitamos cambiar inmediatamente las locas reglas del acuerdo verde, que, entre otras cosas, exigen efectivamente el cierre de fábricas y el despido de decenas de miles de trabajadores", subraya el ministro Urso, que verá al nuevo vicepresidente de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné.
Una posición de la asociación de fabricantes de automóviles europeos (ACEA) en la que también converge el Partido Popular Europeo, la familia política de Ursula von der Leyen, que con el "plan para salvar la industria del automóvil" recoge efectivamente muchas de las peticiones formuladas en los últimos meses en Bruselas por Italia.
En primer lugar, adelantar la revisión a principios del próximo año e incluir en la transición los biocombustibles, no solo los e-combustibles solicitados por Alemania. El presidente de Confindustria, Emanuele Orsini, también pide a Europa que anule inmediatamente las sanciones al sector del automóvil.
(ANSA).
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