"Es un hecho que encontré como una bofetada en la cara y Quería transmitir esta realidad", explicó Tangshir, quien desde hace más de trece años vive en Italia, en diálogo con ANSA.
Su obra es el único largometraje italiano que compite en la Semana de la Crítica, sección paralela de la Mostra. Producida por Vivo film y Young Films con Rai Cinema, el film estará también en el Festival de Toronto y llegará a las salas italianas a partir del 11 de septiembre con Fandango.
Es una historia intensa y apasionante (filmada con actores secundarios) cuyo protagonista es Issa (Ibrahima Sambou), un joven inmigrante clandestino senegalés que en Turín, donde duerme en un primer centro de acogida, es despedido por no tener documentos.
Un amigo y compatriota, Mario (Moussa Dicko Diango), con una vida menos precaria que la suya, le ayuda a comprar una bicicleta usada para que Issa pueda utilizarla para trabajar como repartidor, utilizando su antigua cuenta.
Sin embargo, la esperanza de un nuevo comienzo se desvanece cuando le roban la bicicleta a Issa durante una entrega. El joven senegalés se encuentra en una espiral cada vez más oscura en un intento por recuperarla.
"La idea de la película nació en 2018, cuando me acerqué al mundo de los repartidores- dice Tangshir -, un fenómeno que entonces estaba en auge en Italia. Me interesó mucho la composición antropológica de este grupo de personas, al que pertenecen a menudo italianos en última instancia, inmigrantes... Así que comencé a viajar durante un verano con un repartidor senegalés, entre entregas, esperando en la calle y recogiendo en restaurantes y me di cuenta de la importancia de la bicicleta, un objeto simple que realmente puede cambiar la vida de ciertas personas. Obviamente, la obra maestra de De Sica inmediatamente me vino a la mente".
Sin embargo, esto "no es una operación cinéfila, no me permitiría tocar una obra maestra del cine italiano, sino una manera de mostrar lo que veo a mi alrededor. Quería utilizar esta importante pieza de la cultura italiana para hacer reflexionar a la gente sobre quiénes son hoy los ladrones de bicicletas, cuáles son los nuevos grupos de personas vulnerables".
El cineasta, que también es músico (en Irán fue uno de los fundadores del grupo de rock "Ahoora", con el que grabó tres álbumes, antes de abandonar el país por la cada vez más reducida libertad de expresión, ndr.), muestra la historia desde la perspectiva de Issa, quien también comete actos terribles en su búsqueda de la bicicleta.
"No quería que cayéramos en la superficialidad del inmigrante bueno/inmigrante malo - observa - la mayor justicia es tratarlo como a cualquier otro ser humano, mostrarle sus zonas de sombra y de luz".
Para el papel del protagonista "sabía que no tenía que encontrar al actor adecuado, sino a la persona adecuada. Pasé más de un año buscando en numerosos refugios, residencias estudiantiles, asociaciones de inmigrantes y conocí a más de cien jóvenes. Buscaba una mirada que transmitiera verdad y eso es lo que encontré en Ibra".
"Tiene mucho en común con el personaje, ha comprendido bien ese bagaje emocional. Entiende lo que significa experimentar el malestar de no saber cómo llegar a mañana, de deambular, de perder el tiempo con la esperanza de quién sabe qué. Tenía estas emociones en su cuerpo y era muy bueno reflejándolas", concluye.
(ANSA).
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