"Cuando las puertas se cierran, cuando uno puede estar protegido por el secreto, se ve cómo el poder acaba ejerciendo un encantamiento o conjuro entre las personas. Y es muy difícil resistirse. Todo el mundo es susceptible de caer en la telaraña de estos juegos de poder", apunta.
Después de "Sin novedad en el frente", ganadora de cuatro Óscar, el director alemán ha hecho "Cónclave" porque "siempre quise hacer un thriller político" pero también porque "hay algo más fuerte que la trama".
Y esto es "el alma, la segunda capa. De lo que la película va es la duda, ese tema interior es por lo que la hice".
Tanto su anterior película como esta "contienen una batalla interna. En este caso de la fe", comentó.
La película, que adapta el libro homónimo del escritor inglés Robert Harris, arranca con la muerte del Papa, tras lo que el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) es designado para dirigir el cónclave y se verá atrapado en una conspiración, a la vez que descubre un secreto que podría hacer temblar a la Iglesia.
Entre los cardenales llegados de todos los países tomará protagonismo Benítez (Carlos Diehz), prelado mexicano de la diócesis de Kabul.
La cinta cuenta con la participación de los italianos Sergio Castellitto, que interpreta al ambicioso cardenal Tedesco, e Isabella Rossellini, la hermana Agnes.
Su personaje, de monja, la única mujer de la película, "es silencioso, está en una esquina y sirve la comida, pero al mismo tiempo tiene poder y es enigmática", comentó.
La película fue rodada en Cinecittà, estudios cinematográficos de Roma, donde se construyó la Capilla Sixtina, así como en muchos lugares de la capital italiana.
Se proyectará en la próxima edición del Festival de cine de Roma, y preguntado por cómo reaccionará el Vaticano, respondió: "Si yo fuera el Vaticano no reaccionaría, estaría por encima de eso. Es una película".
Dijo que "todos los cardenales a los que conozco han dicho que van a ir a verla. Lo debatirán de puertas a dentro". Como en un cónclave. (ANSA).
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