"Las violencias machistas no conocen ni de clases sociales, ni de actividades profesionales, ni prácticamente de ninguna diferencia social.
La repercusión global del caso de Yáñez, continuó, hace que la sociedad se conciencie "todavía más de los problemas que supone para muchas mujeres convivir con un violento, convivir con un machista, convivir con una persona que va a dominar tu vida, que va a dominar en todos los aspectos tu vida, desde cuando tengas hijos hasta qué haces un sábado por la tarde".
Dijo que por ello hay que ser "solidarios con la ex primera dama". (ANSA).
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