Así lo aseguró el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, que sostuvo que tras la reunión, los tres países, que han asumido el papel de mediadores entre Caracas y la oposición, tomarán una posición definitiva frente al gobierno venezolano.
Murillo garantizó que esas gestiones diplomáticas se harán bajo el respeto de la "soberanía" de los venezolanos, únicos responsables de su futuro.
A diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos -salvo aliados del chavismo como Bolivia o Cuba- Brasil, Colombia y México tomaron distancia de las denuncias de fraude lanzadas por la oposición venezolana, ni a reconocer la victoria de su candidato, Edmundo González.
Sin embargo, en las últimas semanas, tanto Petro como Lula insistieron en que la justicia electoral venezolana debería exhibir las actas de las elecciones y se negaron a reconocer la reelección de Maduro hasta que no lo haga. También se sumaron a la resolución de la OEA que condenó la represión a las protestas.
López Obrador primero dijo que esperaría la confirmación de la Corte, pero luego también se sumó al pedido de que se exhiban las actas. (ANSA).
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