Entre otros funcionarios, Trump designó a Thomas Homan, ex jefe del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, como el "Zar de la Frontera" para dirigir la estrategia contra la migración indocumentada y cumplir con la promesa del presidente electo de expulsar a por lo menos un millón de migrantes irregulares cada año.
La presidenta Claudia Sheinbaum señaló a sus compatriotas que viven en Estados unidos "que siempre los vamos a defender, que se acerquen a los consulados" y que estos serán reforzados para anticiparse a las medidas que pueda adoptar el futuro mandatario.
También dijo que está buscando una reunión entre funcionarios mexicanos y el gabinete de transición de Trump para "poder avanzar previamente en la coordinación" de las políticas migratorias bilaterales.
Con la esperanza de anticiparse a las deportaciones masivas que prometió durante su campaña, al menos unas 2.500 personas integran una nueva caravana que inició hace 5 días un nuevo intento desde el sureño estado de Chiapas para llegar hacia el norte.
Asimismo, grandes cantidades de migrantes siguen entrando por la frontera sur y buscando arribar por su cuenta hacia la frontera norte, pagando a organizaciones criminales con la esperanza de anticipar su llegada a Estados Unidos antes de que asuma Trump su encargo el 20 de enero próximo.
Solo en octubre pasado hubo dos grupos más que trataron buscaron desplazarse en la zona, aunque el gobierno mantiene estrategias de contención que frena estas movilizaciones.
"La afluencia de migrantes aumentó en los últimos días tras el triunfo de Trump. A diario entran muchos por el río Suchiate", dijo Luis, un venezolano que arribó a Tapachula días antes de las elecciones en Estados Unidos, donde triunfo el republicano, al diario capitalino Reforma.
El sábado pasado, el contingente integrado por personas de una docena de nacionalidades recorrió unos 30 kilómetros sobre la ruta México 200, en un esfuerzo por avanzar al norte, hasta llegar a la localidad de Escuintla.
Sin embargo, esta semana algunos integrantes de la caravana comenzaron a desistir en su extenuante caminata al llegar a Mapastepec, debido a problemas de salud, por el cansancio excesivo, laceraciones en los pies y debilidad, atribuida a su mala alimentación.
No obstante, todavía permanecen más de 2.000 personas resueltas a seguir adelante, entre ellas niños y mujeres, debido a enfermedades, laceraciones y fatiga.
"Hemos hecho un esfuerzo muy grande para llegar aquí, pero han pasado muchas cosas. Mi bebé hoy tiene fiebre, está bastante enfermita, tú sabes de cinco meses. Es muy arriesgado", dijo Natali Rivero, migrante de Venezuela, citada por el diario La Jornada. Otro de sus compatriotas, identificado como Leonaldo Longa, comentó que "la situación la he visto muy ruda" porque "muchas mujeres vienen con niños". (ANSA).
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