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(ANSA) - El sedán que marcó el regreso de Alfa Romeo a la tracción trasera, excluyendo los deportivos 8C Competizione y 4C, el Giulia fue el primer automóvil con el que la marca inició su evolución moderna y que regresa con un aspecto moderno y más hi-tech.
Al igual que su hermano de ruedas altas, el Stelvio, que se basa en la misma plataforma, el Giorgio, el Giulia también ha sufrido recientemente un profundo rediseño tecnológico.
El sector frontal propone una reinterpretación del "Trilobe" y ahora ve la presencia de unidades ópticas adaptativas Full-LED Matrix, con 3 firmas luminosas en cada faro para recordar tanto al Tonale como al SZ Zagato y al concepto Proteo.
Mientras que en la parte trasera los faros tienen vidrio y un acabado transparente, lo que se vuelve más intrigante a la vista. Las proporciones se han mantenido esencialmente sin cambios, al igual que las dimensiones que, con una longitud de 4,64 metros, lo ubican legítimamente entre los rivales del BMW Serie 3.
Elegante, original, con un atractivo típicamente Alfa Romeo, la variante Veloce de nuestra prueba, con llantas bitono adornadas con pinzas de freno rojas y calzadas con 225/40 Neumáticos, refleja plenamente el ADN de los más seductores de la marca italiana.
El habitáculo contrasta con el gris oscuro de la decoración exterior, gracias a los asientos de piel roja que hacen especialmente cautivador el interior en el que destacan los acabados plateados del volante.
Este último se enriquece con las dos "orejas" para gestionar la transmisión automática en modo manual, y ofrece una excelente vista de la instrumentación digital, otra novedad del restyling, que simula el telescopio de los Alfas de antaño.
En particular, con los gráficos vintage, la referencia al Giulia del pasado es particularmente evidente. Al igual que en el Stelvio, el info-entretenimiento presenta actualizaciones inalámbricas: es compatible con teléfonos inteligentes y le permite realizar operaciones de forma remota..
Además, incluso para el Giulia, a través de la tecnología NFT (Non-Fungible-Token), es posible tener una especie de tarjeta de identidad virtual para el automóvil y salvaguardar su valor en caso de reventa.
El maletero, con sus 480 litros, es grande y espacioso, mientras que la accesibilidad en la zona trasera es mejorable.
La arquitectura del Giulia, sin embargo, se redime maravillosamente entre las curvas, donde cuentan el equilibrio, la precisión en el camino y la agilidad, así como la dirección rápida.
El motor turbodiésel de 2.143 cm3 y 160 CV aprovecha bien los 450 Nm de par máximo, bien asistido por la caja de cambios automática de 8 velocidades, aunque su voz se hace presente en el habitáculo al acelerar.
El rendimiento es brillante, con un 0-100 km/h cubierto en poco más de 8 segundos, y el consumo de combustible siempre es bajo, ya que ronda los 16 km/h incluso sin conducir económicamente.
El Giulia turbodiésel con puesta a punto Veloce en nuestra prueba tiene un precio de 54.550 euros, a los que hay que sumar los 1.100 euros de la decoración gris Vesuvio; los 2.900 euros del pack premium, que también incluye el tapizado de piel del salpicadero y el sistema de audio Harman/Kardon; y el pack asistencia al conductor plus, para tener todas las ayudas a la conducción disponibles por 1.700 euros adicionales. En total, por tanto, el coche que condujimos costó 60.250 euros.