La culpa es de los incendios de vegetación y de las emisiones humanas, así como de una posible reducción de la capacidad de absorción de los bosques.
Según la OMM, el año pasado en 1 kilo de la atmósfera había 420 miligramos de CO2, el principal gas de efecto invernadero.
Es la concentración que había allí hace tres millones de años.
En aquella época, la temperatura media era entre 2 y 3 grados más alta que ahora, y el mar entre 10 y 20 metros más alto.
El problema es que hemos alcanzado este valor de CO2 en apenas 250 años. Todavía en 1750, el dióxido de carbono en la atmósfera era un tercio menos, 280 partes por millón. Luego, con el inicio de la era industrial basada en los combustibles fósiles, la concentración se disparó.
En 2004, cuando la OMM comenzó a publicar su boletín anual sobre gases de efecto invernadero, ya era de 377,1 ppm. Desde entonces, en apenas veinte años, volvió a subir un 11,4%. Y el crecimiento se acelera cada vez más. Durante 12 años consecutivos, el aumento anual se ha mantenido por encima de las 2 ppm.
En 2021 estábamos en 415,7 ppm, en 2022 en 417,9 ppm. El año pasado alcanzamos 420 ppm, el 151% de los valores preindustriales. Las causas de este último aumento, según la OMM, son los grandes incendios de vegetación y una posible reducción de la absorción de carbono por los bosques, combinados con emisiones persistentemente altas procedentes de combustibles fósiles para actividades humanas e industriales.
Junto con el CO2, también aumentan las concentraciones de los otros dos gases de efecto invernadero: el metano alcanzó 1.934 partes por mil millones (ppb) en 2023, el 265% de los niveles preindustriales, el dióxido de nitrógeno a 336,9 partes por mil millones, el 125%.
"Un año más, otro récord - comentó la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo -. Esto debería hacer sonar la alarma entre los responsables políticos. Estamos claramente fuera de camino hacia el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados respecto a los niveles anteriores".
"Los niveles industriales, con el objetivo de alcanzar 1,5°C, son más que estadísticas. Cada parte por millón y cada fracción de grado de aumento de la temperatura tiene un impacto real en nuestras vidas y en nuestro planeta", completó. (ANSA).
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