Faye fue electo en marzo con la promesa de transformar la economía, la justicia social y liderar una lucha contra la corrupción en el país de África occidental, lo que generó esperanzas en una población mayoritariamente joven que lucha contra una alta inflación y un desempleo generalizado.
El presidente Faye nombró a Ousmane Sonko, su mentor, primer ministro después de que su candidatura presidencial fuera bloqueada tras un estancamiento político de tres años.
La pareja Faye-Sonko prometió una agenda panafricana de izquierda, prometiendo diversificar las asociaciones políticas y económicas, revisar los contratos de hidrocarburos y pesca y restablecer la plena soberanía del país.
El parlamento liderado por la oposición ha obstaculizado hasta ahora los primeros meses del gobierno en el poder, lo que llevó a Faye a disolver la cámara en septiembre y convocar elecciones anticipadas tan pronto como lo permitiera la constitución.
Se espera que la participación electoral sea alta, en consonancia con la larga tradición democrática de Senegal, vista como una excepción de estabilidad en una región plagada de golpes de estado e inestabilidad política.
Las urnas se abrieron a las 8 (hora local).
Los 7,3 millones de votantes registrados elegirán a 165 parlamentarios para mandatos de cinco años. (ANSA).
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