Son estas las acusaciones con las cuales la Cámara preliminar de la Corte de La Haya emitió los mandatos contra el premier Benjamin Netanyahu y el entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, considerados responsables de las "actividades de los órganos gubernamentales israelíes y de las Fuerzas Armadas", y en base al derecho internacional humanitario, el conjunto de las normas que regulan la protección de los civiles durante los conflictos armados.
En particular, los jueces acusan a los dos líderes israelíes de haber usado "el hambre como método de guerra".
La Cámara preliminar -que impugnó las dos solicitudes de Israel que no reconocía la jurisdicción de la Corte y pedía la suspensión de cada resolución en el caso- sostiene que "existen fundados motivos para considerar que ambos individuos intencionalmente y conscientemente privaron a la población civil de Gaza de bienes indispensables para su subsistencia, entre ellos, alimentos, agua, medicinas, como también combustible y electricidad", obstaculizando el trabajo de las organizaciones humanitarias y los hospitales" Y las veces que Israel decidió aumentar las ayudas fue por "presión de la comunidad internacional o de Estados Unidos", pero "la asistencia humanitaria no fue suficiente", de hecho fue "mínima". No existió -subrayan los jueces- "alguna clara necesidad militar u otra justificación" para esas restricciones.
Todo esto "creo condiciones de vida tales como para provocar la destrucción de parte de la población civil de Gaza, con la muerte de civiles, incluido niños, por malnutrición y deshidratación".
Sin embargo, la Cámara no cree que existan elementos para acusar a los dos líderes de "crimen de lesa humanidad de exterminio", sino más bien de "crimen de lesa humanidad de homicidio". Además, "al limitar o impedir intencionadamente la entrada de suministros médicos y fármacos a Gaza", los médicos "se vieron obligados a operar a los heridos y realizar amputaciones, incluso a niños, sin anestesia", "causando a estas personas un dolor y un sufrimiento extremos. Ello equivale al crimen contra la humanidad de otros actos deshumanos".
La Cámara estima que "la población civil fue atacada por razones políticas y/o nacionales, por lo que consideró que se había cometido el crimen de lesa humanidad de persecución".
Finalmente, los jueces reflexionan que Netanyahu y Gallant tienen "responsabilidad penal como superiores civiles por el crimen de guerra de ataques dirigidos intencionalmente contra la población civil de Gaza", en al menos "dos incidentes".
En una declaración separada, la CPI anunció que emitió una orden de arresto también contra Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri, conocido como Deif, el líder militar de Hamás a quien Israel cree que mató en un bombardeo en la Franja el pasado julio. La nota recuerda que la Fiscalía también había solicitado la detención de "otros dos importantes líderes de Hamás, Ismail Haniyeh y Yahya Sinwar", pero las solicitudes fueron retiradas "tras la confirmación de su muerte". La Fiscalía no descarta presentar otras en el futuro.
Vivo o muerto, el comandante de las Brigadas al Qassam, fue denunciado por el "crimen de guerra por ataques directos intencionalmente contra civiles", de "crímen contra la humanidad de exterminio" por "la muerte masiva" ocurrida el 7 de octubre de 2023 en el kibutz del sur de Israel y en el Supernova Festival, y de "crimen de guerra con toma de rehenes" por haber secuestrado diferentes personas "entre ellos, niños y ancianos, y miembros de la IDF", llevados a Gaza y mantenidos en lugares secretos con "el objetivo de negociar su liberación a cambio de prisioneros palestinos detenidos en Israel".
"Algunos retenidos, preferentemente mujeres, fueron sometidos a violencia sexual y de género", por lo tanto, la Cámara cree que el líder de Hamás "es responsable, como comandante militar, de la conducta criminal de sus subordinados" de crímenes de guerra y contra la humanidad como tortura, violencia sexual, tratamiento cruel y ultraje a la dignidad personal. (ANSA).
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