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Lluvia de cohetes de Hezbolá tras raid en Beirut

Unos 250 disparos, en la mira Tel Aviv. Borrell en el Líbano

Redazione Ansa

(ANSA) - BRUSELAS, 24 NOV - La guerra entre Hezbolá e Israel se intensifica con las incursiones. Tras los devastadores bombardeos israelíes en el corazón de Beirut, la milicia chiíta respondió con un ataque masivo: más de 250 cohetes y drones en las primeras 12 horas del día apuntaron a objetivos no solo en el norte del Estado judío, sino también en algunos suburbios de Tel Aviv.
    A última hora de la tarde se reanudaron los ataques de Israel contra el Líbano. Una escalada ante la cual el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, que se encuentra en el país de los cedros en su última misión como líder de la diplomacia continental, ha vuelto a pedir urgentemente un alto el fuego, considerado "el único camino" para la estabilidad en una región cada vez más "al borde del colapso".
    Los ataques de Hezbolá rebasaron las zonas de Haifa y Galilea, alcanzando las proximidades de Tel Aviv, donde las sirenas sonaron sin cesar, hiriendo levemente a una decena de personas.
    Posteriormente, el movimiento chiíta informó de la destrucción de seis tanques israelíes en el sur del Líbano.
    En respuesta, Israel reanudó el fuego en las afueras de Beirut, pero también alcanzó un puesto de control del ejército libanés en la zona de Tiro, provocando la muerte de un soldado y heridos a otros 18.
    Un episodio que, a pesar de las disculpas formales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), desencadenó una dura reacción del primer ministro libanés interino, Najib Mikati, que calificó el ataque de "un sangriento rechazo a todos los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego".
    Bajo el peso de los combates, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, volvió a pedir desde Beirut el silencio de las armas y la plena aplicación de la resolución 1701 de la ONU, que prevé el desarme de Hezbolá, la retirada de las tropas israelíes y el cese de los sobrevuelos aéreos israelíes sobre el Líbano.
    "Debemos presionar a Netanyahu y a Hezbollah para que acepten la propuesta estadounidense", instó el español, reiterando también su firme condena de los ataques contra la UNIFIL: después del último que hirió a cuatro cascos azules italianos, la misión de la ONU informó del descubrimiento de nuevos fragmentos de cohetes y drones cerca de la base de Shama.
    Un episodio del que también habló el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, precisando que no hubo "daños a las personas".
    Y los combates también continúan en la Franja donde, según informes de la agencia de defensa civil de Gaza, el hospital Kamel Adwan -en el norte del enclave palestino- fue alcanzado y su director, Abu Safia, resultó herido en una pierna.
    El éxito de cualquier acuerdo diplomático, explicó Borrell tras reunirse con Mikati y el presidente del parlamento libanés, Nabih Berri, dependerá también de la capacidad del Líbano para salir del estancamiento político en el que se encuentra desde hace dos años, recuperando la democracia sin ser más víctima fuerzas internas como Hezbolá o influencias extranjeras.
    La UE, por su parte, dijo que está dispuesta a destinar 200 millones para apoyar al ejército libanés. "Es trágico que no hayamos conseguido poner fin a esta guerra", lamentó el Alto Representante saliente, afirmando que deja el cargo "con tristeza" y, sin embargo, esperando el fin del conflicto.
    Mientras los ataques se intensifican, incluso las esperanzas suscitadas por las conversaciones del enviado estadounidense Amos Hochstein en los últimos días, definidas por las partes como "alentadoras", parecen seguir pendiendo de un hilo. (ANSA).
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