Era el 23 de octubre de 2023 cuando el jefe del SBU, Vasyl Malyuk, pronunció esta frase.
Pero desde el inicio de la invasión rusa, el SBU, junto con la inteligencia militar del país (GUR) dirigida por el teniente general Kyrylo Budanov, han complicado las cosas para el liderazgo de Moscú.
Entre los principales asesinatos selectivos atribuidos al SBU y al GUR, o confirmados por los propios servicios ucranianos, se destaca el de Darya Dugina, hija del nacionalista ruso Alexander Dugin, quien fue asesinada por una bomba activada a distancia colocada en su coche el 20 de agosto de 2022.
Kiev nunca ha confirmado su implicación en este asesinato, pero según el Washington Post habría sido el SBU quien la eliminó, aunque según algunos observadores, el verdadero objetivo de aquel atentado era su padre.
También en 2022, agentes del SBU habrían asesinado a Denis Kireyev, un integrante del equipo negociador ucraniano acusado de traición y culpable, según ellos, de haber divulgado información a Moscú.
Asimismo, el SBU es sospechoso de haber eliminado al conocido bloguero ultranacionalista prorruso Vladlen Tatarsky, asesinado el 2 de abril de 2023 en un bar de San Petersburgo por la explosión de una estatuilla cargada con más de 200 gramos de TNT que le había sido entregada como regalo por una joven.
Sin embargo, en la historia reciente de los servicios ucranianos no solo hay asesinatos selectivos y ataques contra representantes rusos o espías ucranianos: el SBU y el GUR son responsables de decenas de ataques y sabotajes en territorio ruso, incluidos fábricas, instalaciones industriales y militares, e infraestructuras civiles.
Por ejemplo, los espectaculares ataques de 2022 y 2023 contra el puente de Crimea, orgullo del presidente ruso Vladimir Putin y símbolo de la anexión de la península por parte de Moscú. Fue el SBU quien reclamó la autoría del ataque de julio del año pasado, cuando dos drones marinos experimentales (los "Sea Baby") cargados de explosivos se estrellaron contra la estructura.
El primero fue ejecutado la mañana del 8 de octubre de 2022, con un camión bomba que dañó gravemente el puente y provocó la muerte de 5 personas.
Desde entonces, la acción de los servicios de Kiev ha continuado. Por ejemplo, con los ataques del pasado diciembre contra una línea ferroviaria rusa en Siberia, a miles de kilómetros de la línea del frente.
O el ataque del pasado agosto, también con un dron marino (cargado con 450 kilos de dinamita), contra el barco ruso "Olenegorsky Gornyak", alcanzado en el puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro.
Unos meses antes, en septiembre de 2023, un dron marino ucraniano del SBU había golpeado y dañado el buque lanzamisiles ruso "Samum". Y al mes siguiente, el servicio dirigido por Malyuk -sobre el que pesa una orden de arresto emitida por Moscú- había reivindicado el ataque a la gran refinería de petróleo Afipsky, en la región rusa de Krasnodar.
En enero pasado, otro ataque tuvo como objetivo una refinería de petróleo rusa, esta vez en Tuapse, también en la región de Krasnodar. (ANSA).
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