Un movimiento que marca el fin de una época y deja al país en caos justo cuando el 1 de enero de 2025 recogió de Italia el mandato de la presidencia de turno del G7 y por tradición la estabilidad política de quien está a la cabeza de los grandes del mundo es crucial.
La dimisión de Trudeau, que probablemente pone fin a su carrera política, llega en el contexto de una crisis de su gobierno minoritario, con la salida del partido Ndp que lo apoyaba externamente y la dimisión de la viceprimera ministra y ministra de finanzas Chrystia Freeland, en desacuerdo sobre la respuesta a la amenaza de aranceles de Donald Trump.
El presidente electo de Estados Unidos dio el golpe de gracia a Trudeau, con la promesa de firmar ya en el primer día en el cargo, el 20 de enero, una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% sobre todos los productos procedentes de Canadá que llegan a territorio estadounidense.
Además, el magnate se burló repetidamente de él en las redes sociales, llamándolo "gobernador" y aludiendo a la posibilidad de que su país se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
Una propuesta que repitió hoy en las redes tras conocerse el anuncio. "Estados Unidos ya no puede soportar el enorme déficit comercial y las subvenciones que Canadá necesita para mantenerse a flote. Trudeau lo sabía y renunció".
"Si tengo que luchar batallas internas en el partido, no puedo ser la mejor opción para las próximas elecciones", explicó el tres veces primer ministro, cada vez más impopular en su país después de su primera elección en 2015.
Las elecciones deben celebrarse a más tardar el 20 de octubre, pero podrían adelantarse. Trudeau anunció que los trabajos del Parlamento canadiense se suspenden hasta el 24 de marzo, precisamente para evitar la votación general mientras los liberales eligen un nuevo líder.
"Soy un luchador. Cada hueso de mi cuerpo me ha dicho que pelee porque me importan mucho los canadienses. Me preocupo mucho por este país y siempre estaré motivado por lo que sea en su mejor interés", dijo al hablar desde fuera de su residencia oficial en Rideau Cottage.
Y contó que el domingo habló con sus tres hijos sobre la cuestión y les comunicó su decisión.
Entre los favoritos para sucederlo hay dos mujeres: la actual ministra de Asuntos Exteriores, Melanie July, y la ex viceprimera ministra y ministra de Finanzas, Chrystia Freeland.
El gobierno de Trudeau se vio sacudido por la sorpresiva renuncia de Freeland, pocas horas antes de que presentara su plan anual de actualización fiscal. En su durísima carta de despedida criticó los "trucos políticos" de Trudeau y sus palabras ciertamente contribuyeron a acelerar su salida.
El ex banquero central Mark Carney también se encuentra entre los candidatos: el propio Trudeau admitió que había intentado durante mucho tiempo reclutarlo para su equipo, más recientemente como ministro de Finanzas.
Todo esto mientras el partido está en caída libre según las encuestas, a unos 20 puntos de la oposición conservadora, liderada por Pierre Poilievre. (ANSA).
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