El documento fue presentado al gabinete restringido y prevé, entre otros aspectos, el retiro de la IDF del corredor Netzarim, en el centro de Gaza, el desmantelamiento total de los puestos de avanzada militar en la Franja, ayudas humanitarias.
"El primer día la liberación de 3 rehenes, el séptimo otros 4 y sucesivamente 3 rehenes cada 7 días. Israel, por recomendación del grupo negociador, pretende la lista de los rehenes antes de la aplicación del acuerdo. En el documento publicado por Kan, Israel solicita que Hamás se comprometa a liberar a los rehenes en fases, partiendo de las mujeres: el primer día serán liberadas tres féminas, el séptimo otras cuatro y sucesivamente tres rehenes cada siete días, dando prioridad a las vivas. Israel también quiere que a más tardar el séptimo día Hamás proporcione un elenco de los rehenes que serán dejados en libertad en la primera fase.
No obstante, según fuentes, el equipo negociador israelí ahora requiere esta lista antes de la práctica del acuerdo.
El tema de la presencia de la IDF en el eje Filadelfia, no mencionado en este documento, logró progresos. Israel aumentó además el número de detenidos palestinos a exiliar (al menos 50 en el documento original) y considera una reducción de su poder de veto acerca de la liberación de los detenidos de 100 a un número inferior, para obtener la puesta en libertad de un mayor número de secuestrados cada semana.
En lo que respecta a la fase sucesiva, el premier israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó el comienzo de la reconstrucción de la Franja enseguida después de la guerra, incluida la reconstrucción de las infraestructuras, la remoción de los escombros y la introducción de al menos 60.000 contenedores y 200.000 tiendas.
La segunda etapa del acuerdo está formulada en un modo sintético, con una sola frase, y no incluye el término "cese de la guerra", más bien "cese permanente de las actividades militares y de cualquier acción hostil, y la entrada en vigor de la calma".
Fuentes involucradas en las negociaciones, que duran ya más de un año, afirman que hoy la brecha entre el documento aprobado por el gabinete en mayo y aquello que es discutido en Doha no es significativa. En cambio, el gran obstáculo sigue siendo el número de rehenes vivos en la Franja de Gaza. (ANSA).
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