(ANSA) - La memoria, la democracia y el futuro, son los tres conceptos principales en el centro del programa de conmemoración que se inicia en Chile para recordar el 50 aniversario del trágico golpe de estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Un aniversario que -explica el coordinador de la presidencia de Gabriel Boric, Patricio Fernández, en entrevista con ANSA- se desarrolla en "un contexto de grandes transformaciones", con el país inmerso en el esfuerzo por dejar atrás el último legado de aquella dictadura (la Constitución de Pinochet) tratando al mismo tiempo de entender qué tipo de democracia se quiere dar.
"La democracia vive un momento de dificultad en todo el mundo y Chile es un país que sabe lo que significa perderla.
Este aniversario representa una buena oportunidad para discutir entre nosotros, pero también para invitar a la comunidad internacional a pensar y comprometerse con la democracia", dijo Fernández.
Además, el coordinador de Presidencia para las conmemoraciones del aniversario no pasó por alto un dato esencial: "el golpe fue un momento que marcó una época, pero hoy más del 70% de los chilenos nacieron después de 1971", dijo.
"Es gente que no participó de ese choque de ideologías, pero que lo heredó", agregó.
Fernández -quien también es periodista y escritor, y fue miembro de la Asamblea Constituyente electa tras las protestas sociales- recuerda que "en Chile aún hay una deuda pendiente de verdad, justicia y reparación para las víctimas de los derechos humanos, que el gobierno pretende continuar y acelerar".
"Todo el mundo sabe que en Chile se torturó y se mató, pero la pregunta ahora es ¿qué hacemos con lo que nos pasó? ¿Cómo podemos utilizarlo para construir un futuro mejor, cómo ayudar para que este sea un momento de encuentro, una oportunidad para discutir el valor de la democracia y la importancia de cuidarla?", agregó.
Fernández definió la del joven presidente Boric como "una generación que ha pasado de la universidad al gobierno", característica que la hace idónea para conducir al país en el actual contexto de transformaciones.
"Hay un mundo nuevo que estamos viendo nacer, y el hecho de que haya un gobierno joven le da mayor agilidad y frescura al proceso actual", subrayó.
En las conmemoraciones de los cincuenta años del golpe, explica además Fernández, también habrá espacio para recordar los gestos concretos de la comunidad internacional en solidaridad con los perseguidos por la dictadura de Pinochet y con los más de 200.000 chilenos exiliados en el exterior entre los años 1973 y 1990.
Si los muertos y desaparecidos no pasaron de los 3.227 reconocidos oficialmente, también se debe a estos gestos, dijo.
"También será un momento para agradecer la solidaridad internacional que hizo posible salvar muchas vidas. Italia, junto con México, Francia, Suecia y Argentina, es uno de los países que más ha demostrado su solidaridad con Chile durante la era de la dictadura, y a quien debemos un agradecimiento especial", dijo Fernández, recordando que después del golpe "en Roma hubo una manifestación de alrededor de un millón de personas".
"En un momento en que los nacionalismos y las persecuciones contra los migrantes van en aumento en el mundo, podría ser una buena ocasión para recordar los valores que predominaron entonces y que salvaron la vida de muchos chilenos", concluyó.
(ANSA).
Conmemoraciones en Chile a 50 años del golpe militar
Memoria, democracia y futuro, tres conceptos del programa organizado por la presidencia.