(ANSA) - ROMA 1 JUN, por Michela Suglia - Con un brindis por la República junto a la premier Giorgia Meloni, y el horizonte de Roma a sus espaldas, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, celebró hoy la fiesta del 2 de junio en el Quirinale. Y por primera vez, el alto funcionario se encontró con los invitados en la tradicional recepción, saludándolos y estrechándoles la mano, y no sólo recibiendo su homenaje.
Para la primera ceremonia post-Covid en los jardines del Colle -la última fue en 2019-, el jefe de Estado modifica un ritual heredado de la tradición monárquica y que lo veía de pie durante horas -tal como lo hicieron sus antecesores desde la posguerra-, junto a su hija Laura, para saludar a los muchos invitados en la fila.
Poco antes, en el mensaje enviado a los prefectos, había subrayado la importancia de la Constitución vigente desde hace 75 años: "Referencia segura, carta fundamental que garantiza la libertad y define derechos y deberes en nuestra comunidad", aseveró.
La fiesta es también la primera recepción del gobierno de Giorgia Meloni. La premier elige pantalones y camisa de color crema, una cola de caballo baja y un escote brillante como única peculiaridad. Apenas llega, se encuentra rodeada de muchos que le piden un apretón de manos o una selfie.
Un poco apartado, su compañero Andrea Giambruno se queda mirando y esperando.
Otro debut político es el de Elly Schlein. Con un look institucional con traje negro, el secretario de la PD no esconde una pizca de emoción y admite que "es un bonito estreno y un placer estar y ver al presidente".
Dario Franceschini la saluda, poco antes de unas charlas con Mario Sechi, portavoz de la premier.
Después de todo, los ojos y los celulares son todos para el líder derechista. Y ella no niega a nadie. Incluso con la senadora Michaela Biancofiore. Meloni luego ironiza sobre su rapidez para hacer selfies: "Aprendí a la fuerza, si no te vuelves rápido, nunca terminas", explica a los periodistas y los sorprende al tomarse una foto incluso con ellos.
El dialecto romano se le escapa cuando saluda a Andrea Bocelli ya su esposa: "¡Los quiero!", les dice.
Avanzando hacia la terraza, se cruza con los sindicatos y es el secretario de la Uil, Pierpaolo Bombardieri, quien la detiene con una broma: "Presidenta, si no saluda a los sindicatos...".
Y al final también hay besos en la mejilla para Maurizio Landini. Acto seguido, junto a Mattarella, la premier hace "un brindis por la República".
Y con ellos están también los presidentes de la Cámara y del Senado, Lorenzo Fontana e Ignazio La Russa, acompañados de sus esposas. El clima es sereno, a veces alegre. La Russa bromea con Enrico Mentana sobre el próximo partido fuera de casa del Inter para la final ("¿Yo voy el 8 y tú?", pregunta). Gianni Letta, sonriente, aparece con su esposa Maddalena.
También están los ministros que se mueven entre las mesas dispuestas sobre el césped. Entre los más "buscados" está el titular de Defensa, Guido Crosetto y el de Economía, Giancarlo Giorgetti.
En la mesa de la Liga Norte -que se alinean todos juntos en un lado del césped, separados, probablemente por casualidad, de los que ocupan los Hermanos de Italia- ocupa el banquillo Matteo Salvini.
No faltan los selfies y las risas. E incluso los besos que el viceprimer ministro intercambia con su novia Francesca Verdini, que luce casi sin maquillaje y con una falda de vuelo y un top con los hombros semidesnudos.
"Tengo algunas cosas que compensar", dice Salvini refiriéndose a la pareja que se ríe. Como hincha del Milan, no se detiene en la derrota ante la Roma. De hecho, repite: "Lo lamenté, lo lamenté mucho". Un tono completamente diferente para Mario Draghi, un reconocido romanista convencido.
"Fue un desastre, no me dejen comentar los hechos de ayer", dijo a la prensa pero dejó entrever una sonrisa.
El ambiente es decididamente relajado. Luigi Di Maio también está menos tenso que hace cuatro años en su nueva apariencia apolítica.
También está la sociedad civil y el mundo de los negocios, los artistas y el deporte: de Matteo Colaninno, vicepresidente del grupo Piaggio a Alberto Angela, del director Marco Bellocchio a Nicola Piovani, de la esquiadora azul Sofia Goggia a Giovanni Malagò. (ANSA).