(ANSA) - BUENOS AIRES, por Alejandro Di Giacomo - El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, no estará presente en la Cumbre de jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de lunes y martes próximos, en Bruselas, ante los reparos puestos por países de este último bloque.
Lo adelantó a ANSA este sábado una fuente del gobierno argentino que señaló que " Ucrania no forma parte ni de la UE ni de la CELAC" y subrayó que "la cuestión de la guerra en Ucrania, para varios miembros de la CELAC, nada tiene que ver con los temas a evaluar en el Summit de Bruselas".
"Pero la decisión la tomó el bloque", enfatizó el informante.
También desde Bruselas emergió la misma información. De manera extraoficial, uno de los representantes del anfitrión de la Cumbre birregional confirmó que el mandatario de Ucrania, quien participó hace algunos días de la Cumbre de la OTAN en Lituania, no asistirá.
La Unión Europea tiene otra mirada. Bruselas enfatiza que esta es la primera cumbre con la CELAC en ocho años y que ambas regiones están alineadas, pero destaca que la guerra en Ucrania ha causado "inseguridad alimentaria y aumentado la inflación" y que "todo esto probablemente se discutirá en la cumbre", por lo que la presencia de Zelensky tenía sentido.
La prensa de Buenos Aires sostiene que las presiones de Venezuela, Nicaragua y Cuba fueron determinantes para excluirlo.
"Los dictadores Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz Canel, aliados de Rusia, resistieron su presencia. El Gobierno argentino había dicho que esta decisión debía tomarla el bloque latinoamericano-caribeño", escribió Infobae, el portal más leído de la región.
Varios países del bloque latinoamericano mantienen estrechas relaciones económicas y políticas con Rusia y, por ejemplo, el canciller ruso Sergei Lavrov visitó semanas atrás Venezuela, Nicaragua, Cuba y Brasil. En ese contexto, condenar la guerra en Ucrania hubiera generado "conflicto de intereses".
Brasil, además, integra el bloque BRICS (junto a Rusia, India, China y Sudáfrica). De hecho, este último país va a albergar la cumbre de esa asociación en agosto y acaba de solicitar al Kremlin que Vladimir Putin desista de asistir por la orden de arresto que pesa sobre él, emitida por la Corte Penal Internacional.
El presidente brasileño Lula da Silva busca afanosamente ser neutral. Pero recientemente su gobierno recibió a Lavrov.
Además, en mayo, durante la cumbre del G7 de Hiroshima, esquivó una reunión bilateral con Zelensky, bajo el argumento de una agenda apretada.
Incluso, Lula sostuvo en un reciente periplo por Europa que "Zelensky es tan responsable como Putin" por la guerra.
El líder ucraniano, el miércoles pasado, en una conversación online con estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), había exigido una mayor intervención de Latinoamérica para que Putin cese con sus agresiones.
"Necesitamos su ayuda. Los pueblos y países de la América Latina pueden hacer mucho para defender el derecho de cada pueblo a la libertad. Y para eso, no es necesario interferir con la guerra", demandó Zelensky.
Justamente, la guerra en Ucrania es uno de los temas más espinosos en discusión para el documento final de la cumbre UE-CELAC, sobre el que los "sherpas" de la diplomacia están trabajando desde hace días sin lograr ponerse de acuerdo.
"Vamos a lograrlo, pero estamos aún lejos de cerrar un documento", contó un diplomático argentino.
Europa pretende incluir las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, Cuba y Nicaragua, cuestiones relacionadas a las políticas medioambientales y la defensa a los valores democráticos. La CELAC se resiste.
Zelenski estaba dispuesto a asistir a esta esperada cumbre para fortalecer su estrategia sobre América Latina para ganar apoyo político y más respaldos en una parte del mundo donde sabe que la influencia de Moscú está muy presente.
Bruselas -como Washington- suelen invitar al líder de Kiev a foros internacionales continuamente, en una clara muestra de fuerte respaldo en la guerra con Rusia. Pero, puede decirse que la UE quedó un tanto desairada a partir de la postura Latinoamericana. (ANSA).