(ANSA) - BUENOS AIRES, por Patrizia Antonini - Considera el cambio climático "una farsa de izquierda". Promete cerrar el Banco Central y basar la economía argentina únicamente en el dólar estadounidense.
Las elecciones presidenciales de mañana en primera vuelta convocarán a las urnas a más de 35 millones de electores argentinos. Y el resultado de ninguna manera es una conclusión inevitable. Las encuestas de hecho arrojan un panorama muy incierto, en el que el peronista progresista Sergio Massa de Unión por la Patria (Uxp), y la conservadora Patricia Bullrich de Juntos por el Cambia (Jxc) persiguen al anarcocapitalista de Libertad Avanza (LLA) con estrechos márgenes porcentuales.
Un escenario en el que el voto de los indecisos, estimado entre un 10 y un 12%, inclinará la balanza. Y aunque los observadores no excluyen la hipótesis de un cisne negro -como ocurrió en las primarias generales, cuando Milei sorprendentemente saltó a la cima de las preferencias con un 29,8% (superando a Bullrich con un 28% y a Massa con un 27,8%)- para conquistar La Casa Rosada necesitará el 45%, o el 40% con una diferencia del 10% sobre el segundo oponente.
De lo contrario, la disputa se pospondrá un mes y la segunda vuelta se celebrará el 19 de noviembre.
Por su parte, el nuevo Trump sudamericano tiene la capacidad de interpretar el enfado acumulado durante años de decadencia socioeconómica en el país, con un descontento que en agosto se había traducido incluso en saqueos de supermercados en las provincias más pobres. Aunque el ultraliberal predica que quiere cerrar todos los grifos de las subvenciones estatales, con la privatización de hospitales, escuelas y transportes -en contra de los intereses mismos de muchos de sus partidarios-, el fenómeno de su ascenso debe interpretarse en el marco de un país doblegado por una profunda crisis económica, marcado por una inflación que se ha disparado hasta el 140%, y por su gran deseo de redención.
Pero también hay que leerlo en la epopeya de una guerra contra la política corrupta, acusada de haber arrastrado a la Argentina al borde del abismo: la "casta de ladrones" que Milei -"rey de un mundo perdido"- declara querer destrozar, como se representa plásticamente durante los mítines sosteniendo una motosierra, su espada.
La misma promesa electoral que en 2019 había llevado a Jair Bolsonaro al escaño más alto de Brasil. De hecho, no es casualidad que en el hotel Sheraton Libertador de Buenos Aires, acompañando el recuento de votos, junto al líder de Libertad Avanza, además de representantes de Vox, esté también uno de los hijos del expresidente brasileño, Eduardo Bolsonaro.
La estrategia digital de su éxito está de hecho en la mente de Fernando Cerimedo, fundador del sitio digital La Derecha Diario, ya involucrado en las campañas del chileno Kast y Bolsonaro, en un hilo rojo que conecta las Américas de norte a sur pasando por el que fuera el "spin doctor" de Trump, Steve Bannon. (ANSA).