Política

A la "caza" de los líderes de Hamás

Misión del Mossad como después de Munich 72. EEUU: "durará años"

Redazione Ansa

(ANSA) - ROMA, por Claudio Accogli - No deben ser horas tranquilas aquellas que están pasando los líderes de Hamás: no solo aquellos perseguidos en Gaza por el ejército de Israel, sino también los otros que se esconden en aquellos en lo que alguna vez eran considerados paraísos seguros.
    La muerte en Beirut del número dos de Hamás, Saleh al Arouri, y de otros exponentes del movimiento palestino parecen en realidad marcar un punto importante en la búsqueda de los responsables del pasado 7 de octubre en el extranjero, preanunciada por el premier israelí, Benjamin Netanyahu, en noviembre pasado.
    Una operación que el jefe del Shin Bet (servicio de seguridad interior), Ronen Bar, definió como "nuestro Múnich", evocando así la "Ira de Dios", nombre en clave del plan para la eliminación de gran parte de los palestinos responsables de la masacre en los Juegos Olímpicos de 1972, autorizada por la entonces primera ministra Golda Meir.
    "En Gaza, en Cisjordania, en el Líbano, en Turquía, en Qatar, en todas partes. Puede que lleve años, pero llegaremos hasta ellos y lo haremos. Esta es nuestra responsabilidad", dijo el jefe de inteligencia en una conversación privada que se filtró en los medios israelíes a principios de diciembre.
    La redada en Beirut se llevó a cabo en un barrio de la capital libanesa, considerado un bastión altamente protegido de Hezbolá, probablemente gracias a la ayuda de espías sobre el terreno, afirmaron fuentes y analistas locales.
    Los misiles lanzados por un dron mataron, además de al Arouri, a otros seis palestinos vinculados a Hamás, entre ellos en particular a Samir Effendi (su apodo es Abu Amer), jefe de la división tecnológica de la organización terrorista en el Líbano pero sobre todo un elemento clave de la trama de las relaciones con los rebeldes yemeníes Hutíes.
    "El Mossad hoy, como hace 50 años, tiene el deber de hacer pagar un precio a los asesinos que el (pasado) 7 de octubre irrumpieron en nuestras localidades cercanas a Gaza, a quienes hicieron los planes y a quienes los enviaron al ataque. Tomará tiempo, ya que después de la masacre de Múnich, pero llegaremos hasta donde estén en el mundo", subrayó el jefe del Mossad, David Barnea, tras el atentado, aunque no se atribuyó la responsabilidad.
    "Cada madre árabe cuyo hijo participó directa o indirectamente en la masacre del 7 de octubre debe saber que todos pagarán con sus vidas", advirtió.
    El Estado judío creó una unidad especial llamada Nili formada por hombres de la defensa y del Mossad autorizados a operar no solo dentro de la Franja, sino también en el extranjero para eliminar a los líderes de Hamás. El equipo ya entró en acción en Gaza con el objetivo de diezmar a las fuerzas especiales de Hamás.
    En la cima de la lista de asesinos de Israel están siempre Yahya Sinwar, líder de Gaza y sin duda la figura más prominente en la confrontación armada con Israel, Mohammed Deif, el escurridizo prímula roja al mando del ala militar considerado el cerebro de las masacres del 7 de octubre, y su adjunto Marwan Issa. Pero después de Beirut, ni siquiera Ismail Haniyeh, y su predecesor Jaled Meshaal, que ya había escapado a un atentado en 1997, pueden dormir tranquilos en Doha.
    Estados Unidos no tiene dudas: la caza de los responsables del "nuevo Múnich" israelí "durará años". (ANSA).
   

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