Hamás relata por primera vez su versión delirante de los ataques del pasado 7 de octubre en un documento detallado de 16 páginas publicado en la red social Telegram "en el nombre de Alá", completo con índice y fotografías.
Una acusación contra Israel y sus protectores internacionales, encabezados por Estados Unidos, y una declaración de la defensa que invoca los "valores islámicos" que protegen a mujeres, niños y ancianos.
Un documento titulado "Nuestra narrativa... la inundación de Al-Aqsa" que afirma que quiere "aclarar a nuestro pueblo y a los pueblos libres del mundo la realidad de lo que ocurrió el 7 de octubre", antes de volver meticulosamente a los 75 años de "ocupación sionista".
Luego, la historia de los acontecimientos: una especie de realidad aumentada que a veces suena irreal incluso para los clientes más fieles de la propaganda yihadista.
Los ataques del 7 de octubre fueron un "paso necesario" para "afrontar todas las conspiraciones israelíes contra el pueblo palestino" y "los combatientes palestinos solo atacaron a los soldados de ocupación y a aquellos que portaban armas contra nuestro pueblo", es el relato de Hamás, que precisa cómo "quizás se produjeron algunos errores durante la ejecución de la operación 'Inundación de Al-Aqsa' debido al rápido colapso del sistema militar y de seguridad israelí".
Pero, aseguró, "si hubo casos en los que fueron atacados civiles, esto ocurrió accidentalmente y durante el enfrentamiento con las fuerzas de ocupación".
"Evitar daños a los civiles, en particular a los niños, a las mujeres y a los ancianos, es un compromiso religioso y moral de todos los combatientes de las Brigadas Al Qassam", precisó Hamás, definiendo como "mentira" la cifra de "40 niños decapitados" para luego continuar: "No hay pruebas de violaciones masivas", acusación utilizada "para alimentar el genocidio en Gaza" por parte de Israel, al que "la administración estadounidense proporcionó apoyo financiero y militar y que, junto con sus aliados occidentales, trató siempre "como un Estado por encima de la ley".
Por otro lado, entre líneas se filtró la idea de que los civiles son un concepto relativo, ya que "el servicio militar obligatorio se aplica a todos los israelíes mayores de 18 años" y "todos pueden portar y utilizar armas".
Entonces, supuestamente, lo que no se dice, son los objetivos. Incluso la masacre de cientos de jóvenes que participaban en el festival Nova no es responsabilidad de los milicianos.
"Un helicóptero israelí abrió fuego contra los combatientes de Hamás y los participantes en el festival", es el delirio relatado en el documento que pide "mantener la presión popular en todo el mundo hasta el fin de la ocupación".
Mientras tanto, afirmó Hamás, "resistir a la ocupación por todos los medios, incluida la resistencia armada, es un derecho legitimado por todas las reglas". (ANSA).
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