(ANSA) - BUENOS AIRES, por Alejandro Di Giacomo - Un nuevo escenario político, social y económico, mucho más conflictivo y tenso, se abre en Argentina, tras la derrota en el parlamento del presidente ultraliberal Javier Milei, que llama "traidores" a los legisladores que no respaldaron su ley ómnibus, amenaza a los gobernadores díscolos y estudia llamar a un plebiscito.
"Lo que se viene es una terrible venganza del Poder Ejecutivo sobre aquellas provincias cuyos sus gobernadores 'traicionaron', todo indicaría eso", vaticinó a ANSA el consultor y analista político Raúl Timerman, de la consultora Grupo de Opinión.
"Van a ser meses difíciles y los gobernadores y las provincias van a estar entre los afectados. No importa que nos pongan palos en la rueda", amenazó anoche en una entrevista televisiva el vocero presidencial, Manuel Adorni, blandiendo la amenaza de la reducción de fondos para las regiones.
Anoche, el gobierno retiró ("definitivamente", según dijo hoy Milei) su mega ley de profunda transformación del país, cuando varios diputados, luego de aprobarla en general, plantearon duros reparos a varios artículos y se negaron a avalar la votación en particular.
La cuenta oficial del presidente lanzó un duro mensaje en X (ex Twitter) contra los que no dieron su voto positivo en la sesión y habló de "los que votaron a favor del pueblo" y los "traidores que votaron contra el pueblo", detallando nombres, apellidos y filiación política.
Otro avezado analista político consultado por ANSA, Esteban de Gori, investigador del CONICET -ente estatal de investigaciones científicas-, subrayó que la oposición dialoguista y no peronista "le está poniendo un límite" al accionar del gobierno ultraliberal y a sus decisiones y destacó que se trata de la que también fue oposición al kirchnerismo (el peronismo de centro-izquierda que fue el signo del anterior gobierno).
"Ciertos gobernadores y parte de los diputados del oficialismo, incluso, empiezan a tener dudas de algunos de sus rumbos políticos. Lo ocurrido es un primer límite", sentenció.
"El freno a la ley se produjo por impericia, por falta de representación parlamentaria (solo 37 diputados propios de un total de 257) y falta de representación gubernamental en las provincias (ningún gobernador propio de 24, incluida la capital)", sostuvo Timerman.
Para el experimentado consulto, el colapso de la mega ley "era inevitable" y dada "la personalidad de Milei también era difícil un acuerdo".
Otro veterano analista y consultor, Artemio López, de la consultora Equis, sostuvo los hechos en el Congreso "muestran los límites y dificultades de desplegar un plan monitoreado por el FMI". "La ley se cayó porque el Fondo impedía co-participar el impuesto PAIS" (graba compras en el exterior) para oxigenar los presupuestos provinciales", recalcó.
El escenario político es consecuencia del modelo socioeconómico que implementa el Gobierno con la tutela del FMI. Va a haber un deterioro gradual y paulatino de las condiciones socioeconómicas, tendremos un 50% de pobreza y llegaremos a los niveles de la crisis del 2001, una indigencia de 10 puntos, desempleo en dos dígitos desempleo, con mucha crisis en la distribución de alimentos. Estamos ante un modelo difícilmente sustentable y la clase política se va a adecuar al humor social, como siempre lo ha hecho. Por lo tanto, a Milei se le va a complicar la cuestión en términos de alianzas políticas", proyectó Artemio López.
Los expertos coincidieron en que el camino de un plebiscito es posible y que ha ocurrido en otros momentos de la historia local, pero tiene sus riesgos. Voceros del gobierno están alentando la idea de ese camino en las últimas horas.
"Una consulta popular puede ser un arma de doble filo, porque si sale empatada o el gobierno pierde, sería grave. Si Milei pretende presionar con una consulta popular, va a estar jugando al límite", opinó De Gori, autor de "La República Patriota".
Pero, además, un llamado a las urnas para avalar la mega ley podría darse recién en los próximos meses, cuando se haga sentir el aumento brutal de las tarifas de los servicios públicos, del transporte especialmente, la quita de subsidios a planes sociales, el aumento de las cuotas de la medicina prepaga e incluso de los colegios privados.
"Una compulsa no es conveniente ni recomendable. La imagen de Milei ha caído lo suficiente para tomar un riesgo semejante, pero tratándose de un presidente con estas características, todo es posible, Pero, tendría consecuencias. En caso de perder, qué haría después", graficó López
"Se acerca un escenario terriblemente conflictivo. Se acaba con los planes sociales, aumentan las tarifas... La situación impacta principalmente a la clase social que no tiene representación política, la clase media. Todo será muy conflictivo", avisó Timerman.
"No hay que olvidarse de la oposición peronista que está hoy en silencio por dos situaciones: está en busca de liderazgo tras la derrota electoral, y pensando a quién va a representar, quiénes van a ser los heridos y heridas, los actores dañados con el ajuste, la quita de subsidios", apuntó De Gori El estudioso también analizó la ira y vehemencia que muestra Milei en algunas apariciones públicas o en sus redes.
"El presidente representa una rabia, un malestar y ese malestar debe ser mostrado, debe ser viabilizado. La ira es muy importante en el sistema discursivo y político de Milei, no lo tomaría como algo psicopatológico, sino algo intrínseco a lo que quiere representar. Se distancia así del discurso moderado tranquilo, de buen talante, se distancia de la política anterior", completó.
Empero, para López, "no se trata de una estrategia" y más bien esa bronca vehemente la ubica en "un rasgo de la personalidad". "Nadie pretende hacer diagnósticos fuera de un contexto médico o psiquiátrico, pero no es una estrategia política, surge de su personalidad y en la medida que las presiones aumentan, eso también aumenta", observó. (ANSA).