Política

Niños palestinos, del infierno de Gaza al abrazo de Italia

Las dramáticas historias de los niños palestinos heridos

Redazione Ansa

(ANSA) - EL CAIRO, por Domitilla Conte - Los que pueden moverse esperan en un banco y los más pequeños intentan dar algunos pasos y abrazan las bolsas con el desayuno que prepararon las monjas del hospital italiano de El Cairo: son chicos palestinos heridos o enfermos que la unidad de crisis de la Farnesina (cancillería italiana) fue a buscar para llevarlos a Italia. Cada uno de ellos tiene para contar una odisea antes de partir hacia Italia, donde serán recibidos en diferentes hospitales y, finalmente, podrán recibir la atención que necesitan.
    Shayma, de 5 años, con un pie amputado y una familia diezmada, tiene a su tía a su lado, pero tiene miedo de todo, incluso de mirar a su alrededor. Por su parte, Jana no habla desde que llegó, ni siquiera llora y no quiere chocolate. La niña tiene la pelvis fracturada desde que le cayó la casa encima, mientras el deseo de partir y sanar se nota en su rostro y en sus rápidos pasos.
    Atravesados por vivencias muy traumáticas, cada uno por su cuenta, sintió el calor de un abrazo aquí en El Cairo, gracias sobre todo a las cinco monjas que atienden a los enfermos en el Hospital Italiano. Sobre todo Sor Pina, quien, con una sonrisa contagiosa en los labios, organiza, ordena y ayuda.
    El día anterior a la partida, la unidad de crisis de la Farnesina, el embajador en El Cairo y su equipo, médicos y enfermeras de la Fuerza Aérea, las autoridades egipcias y de la Media Luna Roja conocieron a los pequeños o adolescentes enfermos en sus habitaciones del hospital. Abdel Rahman tiene 19 años y una grave lesión en la espalda que le impide moverse. Estaba hablando por teléfono en la puerta de su casa en Deir al Zaitoun cuando una bomba lo derribó y mató a 26 miembros de su familia.
    En la habitación de al lado está Jana, de 12 años: durante los bombardeos sufrió una fractura de pelvis y una lesión en el riñón que requiere diálisis.Ella, no obstante, sonríe y dice que está emocionada de subirse a un avión por primera vez.Viajó entre varios hospitales, pero ninguno pudo brindarle la atención necesaria.
    A continuación está Shayma, de cinco años, de Khan Younis, la niña del pie amputado: parece triste y preocupada y esconde su rostro tras el velo de su tía. Por su parte, Abderramahn, de 8 años, tiene una herida en la cabeza y perdió a un hermano, devastado por la metralla de un artefacto explosivo.Enfrente se encuentra Karim, de apenas 2 años, víctima de los recientes bombardeos israelíes en Rafah, a un puñado de kilómetros de la frontera con Egipto.
    Las graves quemaduras que tenía en la cara y el pecho se están curando, pero al salir luce una keffiyeh palestina roja y blanca en la cabeza herida. También está Roqayia, de 14 años: parece ilesa, pero una lesión renal también la obliga a someterse a diálisis. A todos los espera una salida temprano por la mañana: los tres enfermos más graves, Abdel, Shayma y Jana, son cargados en ambulancias, los demás con sus acompañantes en pequeñas furgonetas que los llevan a la zona militar del aeropuerto de El Cairo.
    La espera para los trámites es un poco larga.
    Una niña con un mono de peluche juega con Karim mientras otro niño va a buscar una silla para el médico de la Aeronáutica: él quiere sentarse y le confiesa que quiere ser piloto.Entre nuevas amistades, continuaban los saludos en el hospital, los abrazos y fotos con las monjas, o entre madres unidas por la esperanza que volvió en medio del dolor. La alegría de partir es evidente. Pero todos, sin excepción, sueñan con poder algún día volver a su tierra, a sus casas reconstruidas, en paz. (ANSA).
   

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