(ANSA) - TEL AVIV, 26 FEB - Millones de israelíes acudirán
mañana a las urnas para las elecciones locales, mientras el
ejército lleva cinco meses combatiendo a Hamás, decenas de
lugares en las fronteras con Gaza y el Líbano han sido vaciados
debido a los combates y hay más de 150.000 personas desplazadas
en el país.
Para el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y su Gobierno, se
trata de una prueba importante: es la primera elección desde el
ataque de Hamás del 7 de octubre en un país donde existe una
creciente preocupación por la seguridad personal y por la
situación económica, golpeada por aumento del cost de vida.
El Primer Ministro israelí llega a esta cita en una fase de
relativa debilidad, con su partido Likud, que según los últimos
sondeos obtendría solo 18 de los 120 escaños de la Knesset, en
segundo lugar después del partido "Unión Nacional" de Benny
Gantz, con 39.
Pero analistas del Instituto Israelí de la Democracia (IDI)
señalan que si en el pasado los candidatos a la alcaldía
buscaban el apoyo de los principales partidos nacionales, ahora
está en marcha un proceso inverso.
En las elecciones administrativas de 2018, se identificaron
101 listas locales con el Likud, este año solo 74. Una encuesta
del IDI también reveló que la identificación de una lista local
con el Likud "desanimaría hoy al 30 por ciento de los votantes".
La situación es mejor entre los centristas de Yesh Atid (el
partido dirigido por el ex primer ministro Yair Lapid), mientras
que entre los laboristas -el partido histórico de Yitzhak Rabin
y Shimon Peres- el colapso es total. En 2018 apoyaban a 52
listas locales, mientras que ahora han bajado a 17.
Mientras tanto, muchos analistas miran con interés al
recién llegado a estas elecciones: el dinámico partido de
extrema derecha "Poder Judío" del Ministro de Seguridad Nacional
Itamar Ben Gvir, que recibe un apoyo considerable en los
suburbios y en los llamados "ciudades en desarrollo" (que alguna
vez fueron monolíticamente pro-Likud).
El 'Poder Judío' se está instalando actualmente en 43
localidades. En Tel Aviv (bastión de la izquierda laica) ha
formado una alianza electoral con el Likud, mientras que en
Jerusalén apoya al teniente de alcalde nacionalista Arieh King.
Por lo tanto, se espera que el análisis político de los
resultados de la votación (que no llegará hasta dentro de unos
días, tras el recuento de los votos de los reservistas
comprometidos en Gaza) sea muy complejo y probablemente abierto
a diferentes escenarios.
Sin embargo, al menos en un punto, advierte el IDI, parece
surgir un hecho significativo. A la luz de las experiencias
adquiridas durante los meses de guerra, la mayoría de los
israelíes aprueban a sus líderes locales, al tiempo que expresan
un gran descontento con el comportamiento de los ministerios.
También quieren una transferencia significativa de poder del
gobierno a las administraciones locales. Por lo tanto, según
esta encuesta, el informe del gobierno de Netanyahu parece
negativo y el Primer Ministro difícilmente podrá ignorarlo.
(ANSA).
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Elecciones administrativas, test para Netanyahu
Primeras tras los ataques del 7 de octubre.