(ANSA) - ROMA, 04 MAR - Hezbolá afirmó estar "preparado para
cualquier escenario de guerra con Israel", al tiempo que
continúan las negociaciones entre el enviado estadounidense,
Amos Hochstein, y los aliados libaneses del Partido de Dios,
apoyados por Irán, y mientras sigue el intercambio de disparos
entre los dos países.
El Estado judío y el movimiento armado chiíta registraron
una nueva escalada del derramamiento de sangre. Cuatro personas
murieron a ambos lados de la línea de demarcación: tres en el
sur del Líbano y una en la Alta Galilea.
La jornada de guerra comenzó con la denuncia por parte de
Hezbolá de los intentos de infiltración de soldados israelíes en
territorio libanés durante la noche.
Un acontecimiento sin precedentes desde el pasado 8 de
octubre, cuando, tras la masacre de Hamás, comenzó esta nueva e
interminable ronda de fuego entre los milicianos del Partido de
Dios y el Estado judío.
Los medios de comunicación sirios cercanos a la oposición
anti-Hezbolá informaron desde Damasco de la noticia del
asesinato, el sábado pasado, en una incursión israelí en el sur
del Líbano, de uno de los sobrinos del líder de Hezbolá, Hasan
Nasrallah.
Mientras se difundían estas noticias, el enviado especial
del presidente estadounidense Joe Biden llegó a Beirut con el
mandato de "congelar" el conflicto entre Hezbolá e Israel.
Después de reunirse con representantes institucionales
civiles y militares libaneses, todos directa o indirectamente
vinculados a Hezbolá, Hochstein -que tiene experiencia militar
en el ejército israelí- dijo que una guerra a lo largo de la
frontera sur del Líbano no sería "contenible".
"Un alto el fuego temporal no es suficiente. Estados Unidos
está convencido de que una solución diplomática es la única
manera de poner fin a las hostilidades" entre Hezbolá e Israel,
explicó.
En los últimos días, el gobierno de Beirut comunicó que
estaba dispuesto a negociar sobre la base de iniciativas
diplomáticas francesas y estadounidenses, ambas basadas en el
principio de la retirada de Hezbolá de la zona más cercana a la
línea de demarcación con Israel a cambio de reconocimiento por
parte israelí de las reivindicaciones territoriales libanesas.
Según los analistas, se trata de una negociación cuesta
arriba. Pero la hipótesis construida por París y Washington
permitiría satisfacer en primer lugar una de las prioridades del
gobierno israelí: el regreso a casa de decenas de miles de
civiles israelíes de la Alta Galilea desplazados desde octubre.
Incluso en el Líbano el número de personas obligadas a
abandonar sus hogares crece día a día, acercándose a las 100.000
en seis meses de guerra.
En este contexto, Nabil Qawuq, miembro del consejo central
del movimiento armado libanés, afirmó que "la resistencia se
preparó para todas las posibilidades de escalada para obtener
una victoria (contra Israel) superior a aquella de julio de
2006", en referencia a la última guerra a gran escala librada
entre Israel y Hezbolá que duró 34 días y en la que murieron más
de 1.100 libaneses y más de 150 israelíes.
Según Qawuq, las operaciones de Hezbolá "demuestran que
todas las presiones militares y políticas no lograron quebrar la
determinación de la resistencia de apoyar a Gaza". (ANSA).
Leggi l'articolo completo su ANSA.it
Hezbolá, "listo para cualquier escenario de guerra"
"Frustradas infiltraciones de Israel en el sur". Enviado EEUU