(ANSA) - ROMA - No hubo otra Valeria Solesin, la joven veneciana arrasada en noviembre de 2015 por la furia del atentado terrorista islámico en el Bataclan de París, en el Ayuntamiento de Crocus en Moscú.
Ninguno de los 2.
A raíz de la alerta lanzada el 7 de marzo por Estados Unidos, el Ministerio italiano de Asuntos Exteriores había advertido también a los italianos desde el 8 de marzo que no participaran en eventos multitudinarios en Moscú porque la policía rusa, recordó hoy Tajani, "había detenido a miembros de una celula terrorista yihadista, por lo que había peligro de ataques".
Dos semanas después, se produjo el ataque y fue la peor masacre en Rusia en más de dos décadas. Y tal vez sólo las características poco internacionales del grupo de rock Picnic impidieron que hubiera occidentales, o al menos italianos, en la sala de conciertos.
Italia cree en la matriz del fundamentalismo islámico, en particular en su célula afgana. Los atacantes "probablemente provienen de las regiones más cercanas a Afganistán", dijo Tajani, descartando la participación de Ucrania.
Y ahora se suma un nuevo capítulo a las urgencias del G7 italiano. "Nunca se debe subestimar el fenómeno del terrorismo y abordaremos la cuestión también en el G7 en Capri y en la cumbre de la OTAN que tendrá lugar inmediatamente después de Pascua en Bruselas", subrayó el jefe de la diplomacia italiana. (ANSA).
Tajani advierte: "nunca se debe subestimar al terrorismo"
Ningún italiano entre víctimas en Rusia. Hay 2.700 viviendo en Moscú